viernes, 26 de febrero de 2010

Correr no es de cobardes

No sé si por suerte o por desgracia, la cuestión es que los deportes siempre me han gustado, y digo que no sé si esto es bueno o malo, porque nunca he podido destacar en ninguno, al menos no en cuanto a sobresalir en una disciplina por mis resultados, ahora que por pura cabezonería siempre destaco en constancia. Además, por si no me bastase con cultivar una especie de Síndrome de Diógenes (yo siempre digo que pijo) que me lleva a acumular discos sin parar, lo cierto es que otro tanto me pasa con el material deportivo, ya sea para la bicicleta, el patinaje o el running (correr, vamos).

Todo es empezar, y aunque casi nací montado en una bicicleta, en algún momento, creo que a los trece años, descubrí que sufrir corriendo me producía un extraño placer. Y bueno, esto es algo que podía haber pasado con el tiempo, pero la cuestión es que veinticinco años depués sigo disfrutando corriendo, quizás más que nunca, y ahora además se ha convertido en una obligación por cuestiones de salud que no vienen al caso.

Mis queridos amigos se extrañan de mi afición, y sospecho que en privado se ríen de esta manía mía por calzarme las zapatillas y salir a correr, haga sol, llueva, sople viento o caiga una nevada. Incluso he leido a algún conocido afirmar que nunca entenderá lo que motiva a que una persona se tire a correr más de 42 kms. cuando él se encuentra cómodamente sentado en el sofá de su salón. Bien, antes decía que todo era empezar, y es verdad, primero sales a probar, más tarde corres 10 kms. con mucho esfuerzo, luego te sientes cómodo y te atreves con la media maratón y al final te das cuenta de que los 42 kms. no están tan lejanos (aunque yo todavía no me he atrevido). En cualquier caso, lo que más me sorprende de esta estupefacción de muchos por una de mis aficiones, es que se extrañen porque una persona quiera cubrir lo más rápido posible una distancia, cuando ellos son capaces de pasar horas escuchando sus discos, o se trasladen a otro país para pasar catorce horas al día deambulando de escenario en escenario, siempre de pie, para ver a grupos que probablemente no conocen más que unas pocos cientos de personas en todo el mundo. Yo me apunto a todo, a esos conciertos que me dan vida por todo un año, a las horas de música, y a correr todos los días que me es posible, y por eso por aquí caerá de vez en cuanto algún posteo sobre el running, las carreras populares, o el material deportivo......

miércoles, 24 de febrero de 2010

Another Faux Pas In The Cathedral Of Love

Aunque no quiero que la música tenga demasiada presencia por aquí, sí puede protagonizar de manera tangencial algún posteo. Y digo que no quiero que la música tenga una gran importancia en Parlanchineando (la palabra se las trae, empiezo a tenerle manía cuando no he hecho más que empezar...) porque este es un blog personal, de esos que a estas alturas ya han dejado de estar de moda. Pero por eso mismo creo que éste es el momento idoneo para empezar a escribir, más teniendo en cuenta que no pienso publicitarlo, excepción hecha del enlace que he puesto en 360º de Separación, con lo cual es de suponer que casi nadie me leerá y normalmente escribiré para mí. Pero bueno, sin desviarnos ¿para qué hablar de música aquí cuando realmente hay tantas cosas que me interesan? Soy de los que llevan con orgullo el sambenito de "aprendiz de mucho, maestro de nada", y lo hago con la cabeza bien alta, puesto que la curiosidad siempre me puede.

La fotografía es una de esas aficiones que puede conmigo, soy un mal fotógrafo, para qué engañarnos, pero al menos soy compulsivo, con lo que puedo tirar perfectamente 800 fotos asistiendo a Indietracks, o unos cuantos miles cuando salgo de vacaciones, y siempre aparece alguna instantánea digna de ser recordada. Sin embargo nunca me he caracterizado por una afición desmedida por el realismo, ya sea el pictórico, fotográfico....me encantan los museos, aunque suelo preferir conocer las calles del sitio que visito, para luego, si sobra tiempo, visitar las galerías, que suelen ser modernas, y si puede ser, dedicadas al arte abstracto. Es así como comprenderéis que me sintiera como un verdadero niño con un juguete nuevo en sus manos cuando tuve la posibilidad de empezar a jugar con una Lomo LC-A, aparcar el realismo de mi reflex Nikon para empezar a divertirme con esta antigualla analógica era un capricho que albergaba desde hacía mucho tiempo, y ahora he de decir que siempre la llevo conmigo.

He vuelto a descubrir el placer de no saber qué estoy fotografiando, o más bien, en qué lo transformará mi cámara, y así, jugando con la sobreexposición y la subexposición, las sensibilidades, los carretes de diapo y el revelado cruzado, consigo sorprenderme encontrando alguna imagen que por algún motivo me hace sentir satisfecho (obviamente, la mayoría suelen ser descartes, como siempre). De esta manera he conocido una nueva forma de ver la Torre de la Berenguela, una parte de la hermosa Catedral de Santiago que está situada junto a Platerías, una de las plazas más coquetas de todo el casco antiguo. Me encanta la irrealidad de sus colores, la distorsión, el movimiento por no haber utilizado el trípode....y así es como The Sugargliders empezaron a sonar en mi mente con su Another Faux Pas In The Cathedral Of Love, y como hoy he empezado a escribir llegando hasta aquí.

lunes, 22 de febrero de 2010

Empezando bien.....

Pues sí, la primera en la frente, ya que Parlanchineando no es más que una palabra inventada para sustituir al título original de este sitio que todavía no sé qué va a ser. Passionate Kisses debía haberse titulado, pero habrá que conformarse con Parlanchineando, que en realidad se ajusta más a lo que voy a hacer por aquí, aunque sean las imágenes las que muchas veces darán origen a los posteos que vayan cayendo.
**Editado** El nombre de Parlanchineando, además de feo, ha acabado cansándome en unos pocos días, así que este sitio quedará como Instantáneas de Fondo (que tampoco garantizo que vaya a ser el definitivo, pero bueno....).

Esta vez intentaré no darle demasiado al teclado, y escribir en primera persona singular, cosa que suele resultarme algo complicada. En fin, ya veremos si esto no es más que una pérdida de tiempo....mientras tanto, hoy habrá música por aquí, algo que espero no se convierta en costumbre, puesto que hay muchas más cosas que disfrutar en la vida.

Passionate Kisses de Lucinda Williams, una de mis canciones favoritas de todos los tiempos...