miércoles, 21 de diciembre de 2011

XXVI Memorial Adolfo Ros. Volta á Ría (de Ferrol). Narón

Bueno, tenía que llegar el día, no siempre sonríe la fortuna y en esto de las carreras populares normalmente había tenido suerte. Sin embargo los días previos a la Volta á Ría de Ferrol (con salida/llegada en Narón en esta ocasión) no habían sido los ideales para preparar una carrera. Como ya comenté en una entrada anterior, una extraña fatiga extrema se apoderó de mí hace dos semanas, sin motivo aparente era incapaz casi de levantarme de la cama por las mañanas, de entrenar ya ni hablamos, de modo que me planté en la línea de salida de la Volta á Ría habiendo salido a trotar un único día en las últimas dos semanas...

Esta media maratón ha sido una verdadera sucesión de despropósitos y despistes por mi parte, pero qué mejor que tomárselo con humor y hacer el pertienente comentario de mi primera experiencia en esta carrera, además así más de uno (yo el primero) podrá echarse unas risas.

La carrera comenzaba, siempre lo entiendo así, el sábado mientras me dedicaba a preparar la mochila con la equipación necesaria para el día siguiente. Durante todo el día comí y bebí adecuadamente para que todo fuera perfecto durante la carrera, sin embargo quizás me excedí con la comida, lo que hizo que por la noche conciliar el sueño me resultara muy complicado, con lo que entre vuelta y vuelta en la cama comencé a repasar mentalmente la mochila y...¡no, había olvidado el chip amarillo en casa!. Primer contratiempo del fin de semana, al no poder correr con mi chip tendría que perder tiempo en acercarme a la mesa de cronometraje para que la gente de Championchip me prestara uno con el que correr, no hay problema pero resulta una molestia...

A las ocho suena el despertador y mi primera impresión es la de no haber dormido más de un par de horas, con lo que me siento tentado a seguir durmiento y olvidarme de la carrera. Me digo que no puede ser y hago acopio de fuerzas para levantarme aún sintiéndome cansado, una vez en pie ya no hay vuelta atrás, desayuno las habituales tostadas y un plátano, paso por el baño...y monto en el coche disponiéndome a salir camino de Narón. Hago el viaje tranquilo, la temperatura nunca supera los 4-5ºC durante el recorrido pero conforme me voy acercando a la costa el tiempo va mejorando, con lo que me digo que tendremos un buen día para correr.

Llego a Narón con 45 minutos de tiempo antes del inicio de la carrera, algo justo para lo habitual en mí, así que rápidamente me dispongo a recoger el dorsal y pedir prestado el chip para el cronometraje. Saludo a algún conocido y salgo pitando para el coche para realizar un calentamiento adecuado, sé que no tengo el tiempo que a mí me gustaría pero es suficiente para preparar las piernas para el esfuerzo...y entonces, precisamente en ese momento, comienza el "calvario" de la carrera. Supongo que por los nervios, las prisas...siento como mi estómago comienza a protestar, al principio lo ignoro, luego combato los obvios síntomas....y al final termino por rendirme a la evidencia, me toca ir al baño, quedan veinte minutos para el inicio de la carrera y mi vientre decide que quiere pasar por un baño público, cosa que a mí me saca de quicio, por algo me levanto con tiempo en casa, para prevenir estas cosas...pues no, esta vez mi estómago primero, luego los intestinos, me llevan la contaria, así que salgo corriendo para el pabellón municipal...ahorro detalles del suceso, cuando termino quedan siete minutos para la salida y echo a correr de nuevo al coche, me cambio de zapatillas, miro al cielo y veo que está azul, el coche marca una temperatura de cinco grados...y supongo que subiendo, ya está todo decidido, camiseta y malla corta, me digo que si cuando empecé a correr por primera vez, con 13 años, el profesor de educación física me obligaba a correr en pleno invierno con equipación corta de atletismo, hoy también puedo aguantar el frío incial.

Llego a la salida a dos minutos vista del pistoletazo de salida, estoy atacado de los nervios, con el corazón latiendo a 130ppm, no he calentado ni voy a poder hacerlo, así que empleo esos dos minutos en trotar muy suavemente. Escucho el pistoletazo de salida cuando todavía voy trotando de un lado para otro, rápidamente me pongo en la cola del pelotón, paso por debajo de la salida y le doy al Forerruner para que comience el cronometraje, veo que la pantalla marca 150ppm. En fin, es lo que hay, el comienzo ha sido DESASTROSO pero he decidido hacer la media maratón, de modo que intento tranquilizarme y comenzar a un ritmo lento para bajar pulsaciones. Los dos primeros kms. transcurren con cierta calma, intentando subir la temperatura de los músiculos de mis piernas y situado en cola del pelotón, con los compañeros que quieren terminar la carrera sobre las dos horas, a mí el tiempo me da igual, lo único que voy a intentar es terminar la carrera sin lesionarme. Llega el tercer km y mis cuadriceps están rígidos, no consigo sentirme cómodo, empiezo a correr a unos 5min/km pero mis pulsaciones están muy por encima de las que debería llevar a ese ritmo...en ese momento la veo, alcanzo a una auténtica afrodita, bajo un poco el ritmo, me deleito con semejante visión y hasta dudo en hacer toda la carrera detrás de ella, su movimiento hace que me olviden de las molestias que sufro y de la falta de calentamiento previo...500 metros después despierto de mi sueño, la tentación es grande, pero he de continuar, de modo que me despido de esa visión ensoñadora en forma de mujer y sigo mi camino.

En el cuarto km alcanzo a un corredor y comenzamos a charlar, tendrá unos 45 años, es su primera media maratón y nunca ha corrido más de 16 km, le tranquilizo diciéndole que no se preocupe, que está preparado para terminar la carrera, y él me va detallando el recorrido rompepiernas por el que estamos corriendo. La compañía es agradable, pero poco después le digo que siga él, que soy incapaz de seguir su ritmo, estoy completamente bloqueado y las piernas no me van. Entonces me encuentro con otro corredor, nos reconocemos, en la Media Maratón de Betanzos de hace unas semanas le alcancé y adelanté, charlamos y le digo que en esta ocasión le he alcanzado pero que sólo aspiro a seguir su ritmo...llegamos al avituallamiento y en ese preciso instante comienza a llover. Me acuerdo del momento en el que estaba en el coche, con dos chubasqueros y dos gorras en la maleta, preparados para ser usados en función de la instensidad de la lluvia...pero todo eso está a kms. de distancia, las primeras gotas caen y el frío comienza a intensificarse, más tarde comienza a descargar el chaparrón y siento cómo se empapa todo mi cuerpo, estoy calado hasta los huesos, no veo a través de las gafas empañadas y de nuevo me toca despedirme de mi compañero de carrera, aguanto en las subidas, pero cuando llego al llano soy incapaz de seguir su ritmo, lo intento...pero entre que no ando fino y que la lluvia me ha robado la temperatura de las piernas, tengo que rendirme a la evidencia, esta carrera hay que sufrirla, mi única aspiración pasa a ser aguantar las malas sensaciones que me van a acompañar durante los 14 kms. restantes e intentar no hundirme al comprobar que me cuesta seguir el ritmo de la gente que está a mi alrededor.

Los siguientes diez/doce kms. son inéditos para mí, siempre corro de menos a más y adelanto a bastantes corredores, pero en esta ocasión me veo acompañado por una pareja, una chica y un chico, a los que siempre veo por detrás. Cuando subimos los alcanzo, me pongo a su altura, pero en las bajadas y llaneando se me escapan, de vez en cuando siento la tentación de intentar adelantarles, pero el forerruner marca que voy por encima de 170ppm y si fuerzo más sé que no voy a llegar a meta, así que sigo igual. Deja de llover y cuando nos acercamos al Ponte das Pías empieza a lucir el sol, tres km. para meta y hago el último intento para lograr mi ritmo, entramos en el puente y por fin logro alcanzar y rebasar a la pareja que me ha estado comiendo la moral durante buena parte de la carrera, no miro atrás...pero la energía me dura poco más de mil metros y en el km veinte reviento, de nuevo bajo un poco el ritmo y los últimos metros se me hacen eternos, en especial los 200 últimos, que son en subida y con el forerruner pitando porque he rebasado con mucho el nivel de pulsaciones que tengo establecido para activar su alarma. Levanto la vista y compruebo asombrado que el cronómetro todavía no marca 1h 45' cuando entro en meta, miro el forerruner y mi tiempo es de 1h 44' 52", ocho segundos por debajo de mi objetivo para esta carrera...increible pero cierto, la peor carrera de mi vida, las peores sensaciones, el mayor sufrimiento...y cumplo con mi objetivo de tiempo, cuando eso era algo que en el segundo km ya había dejado de importarme.

Tras entrar a meta intento quitarme el chip que me prestaron (por algo tengo uno en propiedad, para evitar este momento) y cada vez que pruebo a agacharme siento como las piernas se me van agarrotando. Total que busco una silla porque es la única manera que tengo para librarme del chip. Recojo camiseta, empiezo a hidratarme, charlo con el compañero que debutaba en esta MM y al que no pude seguir, está exultante, emocionado de haber terminado...yo no quiero perder más tiempo, ya que no he calentado por lo menos voy a intentar estirar correctamente. Un último vistazo a la línea de llegada...y de nuevo aparece la afrodita de los primeros kms, llega seis o siete minutos después de mí, me pregunto de nuevo si no debía de haberme limitado a seguirla. Hubiera sufrido menos y disfrutado de una visión maravillosa...

Una vez en el coche termino de consumar el desastre, he olvidado la toalla y estoy tiritando, me seco con un polar y realizo los estiramientos, los cuadriceps están machacados, sé que me van a doler durante días y que tendré que descansar un mínimo de 72 horas antes de volver a entrenar. Empiezo a pensar en la comida pero todavía me aguarda una última sorpresa, busco mi ropa interior...¡y también la he olvidado! Asqueado, dolorido y enfadado me monto en el coche dispuesto a olvidarme de la carrera, el tiempo ha sido el que pretendía, pero en días como hoy uno se pregunta qué demonios tendrá esto de correr, porque hay ocasiones en las que se convierte en un verdadero ejercicio de masoquismo...la respuesta me llega de la mano de una chica (sí, afrodita, que había aparcado su coche junto al mío, vaya casualidad) que pasa junto a mí. Está entusiasmada, habla por teléfono nerviosa, le comenta a alguien que ha terminado su primera media maratón, que el ambiente era increible, que ha sufrido pero también ha disfrutado, que por momentos lo ha pasado mal pero que la gente la animaba a terminar...y que por supuesto la de ese día no ha sido más que la primera de muchas más carreras. Pues eso, al mal tiempo, buena cara. Hay que buscar el lado positivo a cada experiencia, en mi caso en esta carrera aprendí a sufrir como no lo había hecho antes, no lo olvidaré, ni eso ni el resto de cosas que olvidé en esta ocasión.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Caminando en otra dirección

La foto que abre la entrada de hoy es mi foto más popular en la página de Lomography, ha recibido nada más y nada menos que (a día de hoy) 513 likes. No sé si esto a los ojos de los demás será mucho o poco, pero baste pensar que la foto más reconocida en Lomography no llega a los 900 likes y no son tantas las que logran pasar de los 500 likes, todo lo contrario. Así pues he de entender que según los usuarios (compañeros en realidad, ya que intento ser un miembro activo de esa comunidad) de Lomography, según los lomógrafos, esta doble exposición es mi mejor foto. Pero aún hay más, ya que si repaso mis fotos más populares compruebo que buena parte de ellas son fotos del estilo de mi foto más popular, es decir, dobles exposiciones realizadas total o parcialmente en casa.

De bien nacidos es ser agradecidos, por supuesto, agradezco enormemente todos esos "me gusta", pero lo cierto es que hacen que sienta que no formo parte de la corriente mayoritaria que predomina en Lomography, la de los fotógrafos que persiguen la foto rara (concepto que supongo todos entendemos). Ojo, que "foto rara" no es sinónimo de foto mala, por supuesto, pero sí toda aquella que no se preocupa de respetar las reglas de composición clásicas (ya, ya sé, Lomography tiene sus propias reglas) y muchas veces algunas que directamente son fotos que en fotografía han venido siendo tradicionalmente "defectuosas" (desenfocadas sin que esto sea pretendido, sobreexpuestas criminalmente...) e identificativas de los malos fotógrafos.

Una vez leído mi anterior párrafo podría deducirse que yo me creo el rey del mambo y que menosprecio a quienes hacen esas fotos que calificaba como "tradicionalmente defectuosas". Todo lo contrario, me encanta que exista una comunidad como Lomography, gracias a la cual mucha gente se está aficionando a la fotografía (ya véis que ni siquiera añado "analógica"), y como en todas partes los hay que son verdaderos genios, otros muchos intentamos hacer las cosas un poquito mejor con cada nueva foto que realizamos a pesar de que llevemos muchos años con cámaras en nuestras manos y un montón dan sus primeros pasos en esta afición. Es normal que cada uno tenga sus gustos, pero como decía al principio, creo que el mío no es el más extendido allí, y de igual modo que me suelo cansar rápidamente cuando reviso álbumes llenos de dobles exposiciones, algunas de mis fotos predilectas no reciben la atención que yo esperaría.

La foto que pongo a continuación es de mis favoritas de los últimos meses y sin embargo apenas ha sido visitada. Es la foto que ha motivado este comentario, supongo que quería enseñarla y no se me ha ocurrido otra manera de hacerlo.

Claro que siempre que veo esta foto pienso lo bien que hubiera estado si en vez de llevar la Fuji Klasse W (28mm) hubiera llevado la Leica Minilux (40mm), la Rollei AFM 35 (38mm) o símplemente me hubiera acercado más a los peregrinos (con el riesgo de recibir una mirada asesina). La cosa hubiera quedado tal que así (he realizado un recorte, obviamente):

En fin, esto es lo que hay por hoy...arriba mi foto más popular, abajo una de las que sería más populares si tuviera que votarme a mí mismo.

jueves, 8 de diciembre de 2011

Desastre consumado

Hoy debería haber tomado un vuelo hacia Alicante, mañana otro camino de Glasgow...pero en cambio estoy en casa, enfermo por primera vez en más de dos años. Puro agotamiento, no más, quizás un exceso de entrenamiento, puede que corra demasiados kms. todas las semanas, no lo sé. Me ha pillado desprevenido, cuando mejor me encontraba me he sumido en noches que se prolongan interminablemente, haciendo que tenga que estar en cama hasta la hora de comer, porque soy incapaz de levantarme, y si lo consigo tengo que volver a tumbarme diez minutos después.

Supongo que lo prudente es dejar vacíos esos asientos que protagonizan esta entrada, mejor eso que estar allí, esperando un avión y preguntándome si mi fatigado cuerpo resistirá el viaje...pero no puedo dejar de lamentarme por mi mala suerte, con los billetes pagados, la entrada del Glasgow Popfest en mi cartera...

No pasa nada, sólo ha sido un golpe de mala suerte, poco a poco me voy encontrando mejor, quién sabe, quizás el domingo pueda volver a entrenar, quizás en diez días no me pierda la Volta á Ría de Ferrol, mi próxima media maratón...pero Glasgow ya me lo he perdido, el pasado puente de diciembre lo arruinaron los controladores aéreos, éste me lo he cargado yo solito.

La foto de hoy la tomé hace unas pocas semanas, en mi primera visita al nuevo aeropuerto de Santiago de Compostela. Qué maravilla llevar la Olympus XA y saber que puedo hacer fotografías disparando a 1/8 y sabiendo que ninguna saldrá trepidada. Cuanto más utilizo esa cámara, más me gusta...

Disfrutad del puente, yo seguiré aquí, practicando un poco de estoicismo :-)

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Spinner 360º Leather Edition

Ya lo decía en un post anterior, Lomography se lo está poniendo cada vez más complicado a aquellos que coleccionan todos sus productos. Las novedades en forma de series limitadas, lujosas...en definitiva, especiales, no dejan de sucederse y querer seguir el ritmo de lanzamientos lomográficos cada vez se hace más difícil.

En esta ocasión Lomography se ha decidido por lanzar una actualización estética de su más que curiosa cámara panorámica Spinner, la única cámara que yo conozca capaz de hacer fotos panorámicas de 360º. Si hasta ahora habíamos tenido una Spinner 360º absolutamente discreta, siempre decorada de negro riguroso, la nueva Spinner Leather Edition viene revestida de un excluviso cuero italiano que hace, si cabe, más apetecible a la cámara más divertida y extravagante de todo el catálogo de cámaras lomography.

Técnicamente la Spinner 360º Leather Edition no presenta novedad alguna, esto es:

Tipo de película: 35mm
Lente: 25mm
Ángulo de visión horizontal: 360°
Ángulo de visión vertical: 66°
Enfoque: enfoque fijo: 1m ~ infinito.
Fotos por carrete: aproximadamente de 8 (película estándar de 36 exposiciones)
Apertura: f/8, f/16

La nueva Spinner 360º Leather Edition puede adquirirse desde ya mismo en la web de Lomography a un precio de 119 euros.

martes, 29 de noviembre de 2011

XV MEDIA MARATÓN VOLTA Á RÍA DE BETANZOS

Hubo un tiempo en el que este era un blog en el que se hablaba tanto de fotografía como de mis experiencias en las carreras populares o andainas. Desafortunadamente un buen día haciendo cosas fuera de mi alcance con la bicicleta rompí el menisco de mi rodilla derecha. Desde entonces la fotografía se adueñó por completo de Instantáneas de Fondo y otra de mis pasiones, correr, cayó en el olvido.

Ha pasado casi un año y medio desde mi última media maratón, la XIV Volta á Ría de Betanzos y desde entonces las molestias no me han abandonado. Primero en la rodilla con el menisco roto y más tarde en la otra, por culpa de una tendinitis Pata de Ganso que surgió a consecuencia de querer proteger la rodilla operada, sobrecargando de trabajo la otra pierna.

Me encanta acudir a las carreras populares, pero los problemas con las rodillas me habían apartado de ellas hasta hace poco. Primero intenté, hace poco más de un mes, acudir a la Media Maratón de Pontevedra, pero una vez pagada la inscripción tuve que renunciar a participar, pero más tarde logré completar la Carreira Pedestre de Santiago de Compostela, la más popular de todas las carreras que se celebran en Galicia, fueron solo 12kms., pero me supieron a gloria, pudiendo correr de nuevo rodeado de miles de personas con mi misma afición, pero quedaba pendiente volver a los 21.097 metros...

Este fin de semana pasado se celebraba la XV edición de la Volta á Ría de Betanzos, precisamente la última media maratón que puede correr. Quizás fuera una señal que por problemas económicos la prueba se trasladara de Junio a Noviembre, un retraso necesario para que de nuevo me encontrara en la forma necesaria para afrontarla. Pero lo cierto es que sí, esta vez pese a todos mis miedos, con molestias (físicas o psicológicas, no sé) y todo me planté el día de la carrera dispuesto a volver a correr por Betanzos. Mi objetivo era modesto, tomarme la carrera como un entrenamiento de cara a mi pretendido debut en Maratón en Coruña, el próximo 15 de Abril, de modo que quería correr a un ritmo de 5'45"/km.

Tanto calenté las rodillas y todos aquellos músculos y articulaciones de las piernas que de poco llego tarde al incio de la prueba. Tras saludar a algunos conocidos, se da rápidamente la salida...a partir de aquí, el tiempo que pasó hasta que fui consciente de que iba a correr la carrera todo lo rápido que pudiera sin lesionarme fue breve. Quizás aguanté tres o cuatro kms. intentando ir lento, hasta que me di cuenta de que por mucho que lo intentara me dejaba llevar por los demás, corriendo a un ritmo de 5'15"/km. De modo que puestos en esa texitura decidí empezar a apretar y correr la carrera casi a tope. Los primeros diez kms. de contínuo sube y baja fueron adelantando constántemente a compañeros, ya que habiendo salido de manera muy conservadora al final del pelotón, ahora recuperaba terreno sin pausa. A partir del ecuador de la carrera me tropecé con el dorsal 212 que corría a mi ritmo, y así seguimos hasta el final, disfrutando del paso por el puente del Pedrido, con sus espectaculares vistas, las engañosas bajadas siempre sucedidas de cuestas del último tercio de carrera, los últimos kms. de descenso en el que mi compañero no paraba de dar ánimos a todos aquellos corredores a los que adelantábamos...y finalmente los dos kms. finales a los que, para no variar en esta carrera, llegué casi al límite. Suerte de ir acompañado, ya que me empeñé en seguir a mi compañero de carrera y sólo gracias a él no terminé hundiéndome en los últimos metros.

Al final un tiempo neto de 1h46'06", dos minutos y medio por debajo de mi última participación en la Media Maratón de Betanzos, como siempre de mitad para atrás de la clasificación, algo más que asumido y que no me importa, ya que a estas alturas sólo compito conmigo mismo. Pero lo mejor de la carrera no fue el tiempo, lo mejor de todo fue no terminar lesionado y dos días después seguir sin molestias (al menos sin más de las habituales) en mis rodillas, lo cual hace que ahora ya empiece a pensar que en quince días toca correr una nueva media, en este caso el Memorial Adolfo Ros, la Volta á Ría de Ferrol.

martes, 22 de noviembre de 2011

Lomography Fisheye One All Black

Las navidades, época del año eminentemente consumista, se van acercando y las distantas marcas, conocedoras de que un buen pellizco de las ventas anuales se producen en estas fechas, están preparándose para tan señaladas fechas. Lomography no iba a ser menos, recientemente daba buena cuenta por aquí de la salida al mercado de sus dos últimos productos: la LomoKino y su serie de cámaras Gold Edition. Pero este año Lomography todavía tiene una nueva sorpresa que le pondrá las cosas todavía más difíciles a los coleccionistas de sus productos, una nueva variante de su serie de cámaras Fisheye, en esta ocasión la más elegante y posiblemente más bonita salida al mercado, la Fisheye One All Black.

Técnicamente todo sigue igual, lente capaz de abarcar un ángulo de visión de 170º, flash incorporado, posibilidad de multiexposición...presentada en esta ocasión en un discreto color negro que hace que aquellos que todavía no hayan experimentado con las lentes ojo de pez lo tengan bastante difícil para resistirse a esta nueva decoración de uno de las cámaras insignia de Lomography.

La nueva Lomography Fisheye One All Black está disponible desde ya mismo en la tiendas físicas o web de Lomography por un precio de 45 euros.

jueves, 17 de noviembre de 2011

Lomography Gold Edition (para lomógrafos adictos al lujo)

Bueno, en realidad no es para tanto, porque obviamente no hablamos de cámaras revestidas del tan preciado metal, símplemente se trata de una opción estética más, pero en cualquier caso una jugada que abre todavía más el abanico de posibilidades que tiene el potencial comprador que se acerca por primera vez a la lomografía, o del coleccionista obsesionado que verá en estos nuevos modelos una nueva posibilidad de ampliar el número de cámaras atesoradas.

Técnicamente estas Gold Edition no aportan nada nuevo a los modelos que customizan: Diana F+, Diana Mini y Fisheye 2. Aún así repasemos datos técnicos de las tres cámaras:

Diana F+ Gold Edition

• Dos velocidades de obturación - “N” para normal (luz/día/flash) y “B” para largas exposiciones (interior/noche)
• Dos formatos de imagen: 12 fotogramas cuadrados (5.2x5.2cm) o 16 fotogramas más pequeños (4.2x4.2cm) en una película de formato 120
• Obturador desacoplado y avance para múltiple exposiciones de la forma más fácil • Lente removible para función Pinhole
• Con rosca estándar para trípode en situaciones de exposiciones muy largas y fotografías pinhole

Diana Mini Gold Edition

• Tamaño bolsillo y ultra compacta
• Utiliza películas de 35mm y revelado estándar
• Te permite lograr 72 fotos rectangulares de medio formato o 36 fotos cuadradas en una películas de 35mm
• Exposiciones múltiples y configuración para largas exposiciones
• Rosca para trípode y cable disparador

Fisheye 2 Gold Edition

• Lente ojo de pez con un ángulo de visión de 170º
• Flash incorporado
• Rosca de zapata para flash externo
• Interruptor para múltiples exposiciones
• Configuración “Bulbo” para largas exposiciones
• “Seguro” para bloquear tu cámara y evitar disparos accidentales
• Tapa para lente y correa de mano
• Afiche, mini libro de foto “Fisheye View”, y manual de instrucciones

Sin duda habrá quién opine que estas nuevas versiones de los tres populares modelos lomográficos son una verdadera horterada, pero de igual modo muchos se verán seducidos por la estética un tanto extrema (esas cadenas doradas son absolutamente retro) de estas Gold Edition. Como se suele decir en estos casos, para gustos, colores.

Los nuevos modelos Gold Edition pueden conseguirse desde ya mismo en la tienda lomography.


jueves, 3 de noviembre de 2011

Lomography LomoKino

Los de Lomography lo han vuelto a hacer, a estas alturas no debería de pillarme desprevenido, pero lo cierto es que quedo encantado con cada nuevo producto que lanza la compañía. Cierto es que pronto te das cuentas de las limitaciones de todas sus cámaras (cosa que ellos ni niegan ni intentan ocultar), pero en cuanto a marketing los de Lomography son de sobresaliente.

En esta ocasión se han descolgado con una especie de híbrido entre cámara secuencial y cámara Super 8. LomoKino es el nombre del artefacto en cuestión y no es más que una cámara capaz de realizar hasta 144 fotogramas en una película de 35mm. Todas esas imágenes, luego visibles a través de un particular "cinexin" (de uso individual) lomográfico llamado LomoKinoScope, permite la composición de pequeños cortos de apenas treinta segundos de duración.

El aspecto de LomoKino es espectacular, basta echarle un somero vistazo para enamorarse de inmediato de este nuevo juguete lomográfico. Sin embargo no olvidemos que seguimos hablando de una cámara, de modo que vamos con sus características técnicas:

- Utiliza cualquier tipo de película de 35 mm – Realiza películas con negativo color, películas con procesos cruzados, películas con redscale y películas en blanco y negro.
- Enfoca rápidamente – fácilmente, en cualquier punto entre 0,6 m e infinito (para distancias entre 1 m y 0,6 m solamente hay que presionar el dispositivo de primer plano).
- Selecciona la apertura – Selección de apertura continua de f/5.6 y f/11 – selecciona la apertura fácilmente en cualquier momento durante el rodaje.
- Ajusta un trípode – Utiliza la rosca de trípode y prepárate para rodar.
- Ilumina tu película – Incorpora tus flashes favoritos a la zapata universal de la LomoKino – ¡Perfecto para experimentar el stop motion!.
- ¡Empieza a rodar! – Dispara aprox. de 3 a 5 fotogramas por segundo – ¡sólo tienes que empezar a girar la manivela!.
- Controla el avance de la película – vigila el display de volumen para controlar la película disponible – cuando la bandera roja en la parte superior de la cámara se dispara, significa que la película ha llegado a su fin.

Y por último, sin duda todavía más importante que cualquier característica técnica, los resultados que LomoKino puede producir:







El debut de LomoKino parece que está siendo bueno, a un precio de sólo 65 euros (esta vez Lomography no ha querido asustarnos subiéndose a la parra) esta cámara fotográfica/de video resulta un capricho asequible. Para comprarlo (solo o acompañado del LomoKinoScope) no tenéis más que pasaros por la tienda de lomograpy.



miércoles, 26 de octubre de 2011

Customizando (que es gerundio)

Tenía ganas de hacer la prueba. En mis manos una Rollei Prego Micron, pequeña compacta, antaño casi de lujo (están un escalón por debajo de las compactas pata negra), equipada con una lente Apogon de doble focal. Esto es, puede trabajar tanto en 30mm, como en 30mm panorama o 24mm panorama. En caso de utilizar la cámara tal y como fue concevida obtenemos unas imágenes de extraordinaria nitidez, pero mi idea era otra, a mí lo que me apetecía era customizarla, abrirla y bloquear las pestañas del modo panorámico para dejar esa lente de 24mm libre de cualquier limitación.

Dicho y hecho, cámara trucada y salgo a fotografiar, miro por el visor y ninguna línea de corrección del paralelaje o enfoque que me limite. Todo lo que veo por el visor es lo que sale en la fotografía, claro que tiene que haber truco, precisamente aquel que busco, porque esa lente no está preparada para trabajar en 24mm sin el formato panorámico, de modo que espero tener un viñeteo acusado y cierta distorsión en los bordes de la fotografía...

Afortunadamente el resultado es el esperado, cargada con un Agfa CT Precisa revelado por el proceso E-6 la definición y los colores que logra la Rollei Prego Micron son una maravilla...siempre y cuando no nos vayamos a los bordes de la fotografía, donde nos encontraremos con un precioso viñeteo y cierta aberración en la imagen. En definitiva, en cinco minutos y con una ligera modificación podemos tener una cámara con una lente de 24mm y definición infinitamente superior a una LC-A y con su mismo, cuando no más, viñeteo.

lunes, 24 de octubre de 2011

Superando prejuicios

Tengo que reconocerlo, siempre había mirado a la Lomography Sprocket Rocket con cierta desconfianza, recelo...incluso superioridad, sí. Me gustan las cámaras de calidad, ya sean reflex o compactas, el tipo de cámara me es indiferente...pero por favor, que sean máquinas de calidad, es lo único que pido. Cuando de lomografía se trata no cambio de parecer, tengo una Holga que adoro, también otros juguetes lomográficos...pero mi cámara favorita es la LC-A, me permite regular la apertura del diafragma, tiene enfoque por distancia, una lente razonablemente nítida que produce imágenes deliciosas...y si tuviera que elegir otras cámaras lomo, sin duda me quedaría con una Lubitel o una Horizon.

Claro que a nadie le amarga un dulce, una conocida marca de ropa tuvo la brillante idea de regalar cámaras lomográficas con ocasión de la inauguración de su tienda por internet...y yo no me iba a quedar sin mi cámara (en realidad conseguí dos). Tan sólo había que estar frente al ordenador a una hora determinada, comprar algo para mi novia...y esperar a recibir mi(s) camara(s). La fortuna me sonrío y llegaron a casa una Sprocket Rocket y una Spinner que me hicieron ilusionarme con sus curvas. La Spinner es divertida, casi tanto que no es necesario hacer fotos con ella, pero la Sprocket Rocket...bueno, de pronto se convirtió en la niña de mis ojos, no pude evitarlo, me cayó en gracia. Puede que su lente fuera de plástico, que tan sólo fuera capaz de ofrecer dos velocidades de obturación (escasas en ambos casos) o que sus opciones de enfoque fueran más que limitadas...la Sprocket Rocket conquista una vez la tienes en tus manos, ella es retro, yo amo lo retro...es ligera, yo cargo con muchas cámaras...su visor lo capta todo, y a mí me gusta ver el mundo entero...

Así, con un único vistazo, de golpe y porrazo superé todas mis reticencias hacia la Lomography Sprocket Rocket y comencé a preparar nuestra primera vez. Sabiendo de sus carencias (luminosidad y definición) busqué un Fuji Sensia 400 y lo cargué en la cámara en un día soleado, decidiendo que utilizaría el proceso E-6 para reducir el grano y obtener unos colores más vívidos. El resultado me maravilla, no deja de ser una cámara de juguete, pero en un día soleado y con una buena película la cámara produce preciosas imágenes genuinamente lomográficas. Su viñeteo, exagerado e irregular, es ideal para hacer fotos marítimas y los reflejos de su lente disparada frente al sol son curiosísimos, eso por no hablar de la exposición de las perforaciones de la película. La instantánea de hoy corresponde a una vista sobre el imponente Faro de Cabo Vilán, en Camariñas, creo que la imagen habla por sí misma...

No sé, ni pienso probar, qué pasaría con una película negativo color de ISO 100 en un día con poco sol, pero lo cierto es que la Sprocket Rocket tratada con mimo es capaz de producir muchas satisfacciones. ¡Gran descubrimento!




martes, 11 de octubre de 2011

El fin del verano...

Una vez que le he puesto el título a la entrada de hoy, comienzo a dudar. ¿Realmente llegó el fin del verano? Por aquí por Galicia el verano apenas se dejó sentir durante los meses de Julio y Agosto, pero llegó Septiembre y después de mes y medio seguimos teniendo un calor sofocante. De modo que la instantánea de hoy, que irremediablemente evoca el fin del periodo estival no acaba de ser todo lo certera que debiera, ya que la posibilidad de acudir a la playa para tumbarnos al sol sigue estando ahí.

En cualquier caso, yo ya he dado por acabado el verano y a estas alturas del Otoño ya comienzo a suspirar por la llegada de las lluvias. Está claro que en cuanto esté dos semanas sin parar de llover (algo que aquí sucede con frecuencia) clamaré al cielo para que salga el sol y así sacar a pasear las cámaras, pero ahora mismo no pienso más que en despedir estos días de cielo despejado y sol de justicia.

Volviendo a la instantánea, pertenece a un carrete Agfa 400 montado al revés, lo cual lo convierte en un redscale casero que no tiene nada que envidiar al Lomography Redscale 100 ó XR. En realidad este apaño casero está dotado de una imprevisibilidad en los resultados que los productos de Lomography carecen, de modo que no será la última vez que lo pruebe. Para esta ocasión opté por utilizar una Olympus XA2, fijando el ISO en 25.

viernes, 7 de octubre de 2011

Autorretrato

¿Qué mejor espejo podía encontrar para hacerme una foto que el reluciente tapacubos de un clásico hispano? Sí, sí, hispano, porque rodeado de una exhuberante colección de joyas clásicas sobre ruedas fui a dar con un modesto Seat que me ofreció su reluciente tapacubos para que diera rienda suelta a mis ganas por retratarme.

Y es que al final no hay nada como los clásicos populares, esos que aún siendo lejanos están al alcance de los sueños de un pobre mortal. Porque no nos engañemos, un Cadillac es inalcanzable, pero un Seat 600, un 850, un 1430 Sport (mi favorito)...en fin, soñar es gratis. Mientras tanto siempre quedará la fotografía, hoy el protagonista de la instantánea soy yo, con mi Fuji Klasse W y la Olympus MJUII colgando de la muñeca. Soberbio el Lomography Redscale XR.

jueves, 6 de octubre de 2011

Días de fútbol

Ya lo decía ayer, en ocasiones logras la foto que buscabas, claro que lograr más de una foto que realmente te guste con apenas unos días de diferencia...eso es mucha suerte, sin duda. La foto de hoy es fruto de una tarde de aburrimiento, una historia que a priori no resulta muy atractiva pero que demuestra que siempre hay que estar preparado para que las cosas cambien...

Domingo por la tarde, me encuentro descansando después de haber salido a entrenar (algún día, si las molestias y lesiones remiten, retomare los comentarios sobre las carreras populares) cuando de pronto la familia política se moviliza y decide que hay que ir a ver un partido de fútbol femenino. A mí el fútbol me importa bien poco, nada en realidad, pero finalmente accedo a acompañarles. Por otra parte, y para ser sinceros, las pocas veces que he visto jugar al equipo femenino de fútbol de la localidad hay que reconocer que lo he pasado bien ya que las chicas son francamente buenas, así que al menos sé que hay bastantes posibilidades de ver un partido entretenido...aunque a mí el fútbol...ya digo. Contra todo pronóstico me encuentro con una primera parte soporífera (bueno, vale, en realidad mi hastío se debe a que las jugadoras locales juegan unos primeros minutos francamente malos) de modo que visto el panorama opto por ir al coche a por mi cámara para terminar de gastar el carrete de Lomography CN400 que llevo cargado en la Nikon FM2.

En el descanso me dedico a hacer fotos del recién estrenado campo de fútbol local, comienza la segunda parte y centro mi atención en las jugadoras, aunque poco a poco mi atención se divide entre la cámara y el campo, ya que el equipo local empieza a dominar y jugar como otras veces les he visto. Fotografío determinados lances del juego, aplaudo las ocasiones de gol, las paradas de "nuestra" guardameta...y celebro el gol que finalmente nos dará la victoria. El carrete está a punto de acabar cuando una pelota llega casi a mis pies, me dispongo a hacer una fotografía con el excelente Nikkor 50mm f/1.4 AIS cuando una jugadora local se acerca para sacar de banda, la chica se da cuenta de que quería hacerle una foto al balón y cuando está a punto de cogerlo se queda paralizada, esperando a que haga la foto...y ése es el instante en el que de veras tengo que hacer la foto. Ya está, foto hecha, carrete acabado, el equipo local gana y yo me llevo mi fotografía. Todos contentos.

miércoles, 5 de octubre de 2011

En el fin del mundo...

Hay ocasiones en las que la fortuna nos sonríe y nos ofrece el marco idóneo para realizar la fotografía que llevamos en mente. No siempre sucede, todo lo contrario, lo normal es regresar a casa con un montón de fotos que aún gustándonos, no llegan a ser eso que esperábamos, de modo que cuando por fin revelamos nuestra película y acertamos a ver algo parecido a los imaginamos la satisfacción nos invade.

La instantánea de hoy es una de mis favoritas de los últimos tiempos. Está realizada en el Cabo Prioriño, justo detrás del Puerto Exterior de Ferrol, en un lugar constántemente azotado por el viento y las olas del Atlántico. Nuestra intención aquel día era recorrer el camino que hay desde Ferrol, donde habíamos visitado el Arsenal Militar de la ciudad, hasta el Puerto Exterior de Ferrol, pasando primero por la Fortaleza de La Palma. Un recorrido bastante curioso y recomendable, aunque también hay que decir que su final, en ese nuevo puerto industrial del Ferrol, no merece la pena ya que apenas podemos acercarnos para contemplarlo en su totalidad. Pero a cambio, junto a él, tenemos el pequeño faro de Cabo Prioriño, donde me encontré con esta pareja de perras descansando tranquilamente frente a un edificio de diseño contemporáneo. La ocasión inmejorable, Ola y Holga, que así se llamaban las perras, reposaban sobre el terreno, impasibles e inalterables frente al viento y a mis cámaras. La foto de hoy está realizada con la maravillosa Fuji Klasse W y un Lomography Redscale XR 50-200 disparado a ISO 25. El resultado...el esperado, o algo parecido, que no es poco. Algún día volveré a visitar de nuevo a esta pareja...

jueves, 22 de septiembre de 2011

Veterano

Me gusta lo antiguo, será cosa de la edad, que hace que las cosas del pasado nos recuerden una juventud que poco a poco se nos va escapando. Nunca he dejado de usar el giradiscos, me decanto por la fotografía analógica, admiro los coches clásicos...por lo general cuando voy a algún sitio siempre acabo fijándome en todo aquello que pude contemplar cuando era un niño o adolescente. Y en el puerto de O Grove no podía ser de otra manera, allí me encontré con multitud de pesqueros modernos, con sus cascos metálicos y sus últimos sistemas para la pesca, sin embargo no pude quitarle la vista de encima a este pequeño pesquero. Realizado enteramente en madera, con su iluminación tradicional, su viva decoración...imposible no volver treinta años atrás, imaginando aquellos años en el levante español, aquellos veraneos de más de dos meses en los que madrugaba para ver cómo llegaban a puerto los pesqueros de Guardamar del Segura, contemplando cómo descargaban las capturas...mundo viejuno.

martes, 13 de septiembre de 2011

Aparcamiento

Sin tantos humos, ni pitidos de los conductores, sin el gris del asfalto, olvidándonos de la atmósfera opresiva de sus interiores oscuros y malolientes...si tengo que elegir, prefiero un barquito y un amarre.

martes, 6 de septiembre de 2011

Paraísos cercanos

Últimamente estoy muy marinero, casi todas las fotos que he colgado durante el verano han tenido por protagonista directo o indirecto el mar. No es casualidad, ya desde bien pequeño comencé a sentir atracción por el mar, supongo que disfrutar de veraneos de los de antes, de más de dos meses, algo tendría que ver. Pasar tanto tiempo en una casa al borde de la arena de la playa, teniendo como distracción principal pasear en bicicleta junto al mar o aprender a disfrutar de la pesca con mi abuelo, hacen que mires el mar de una manera especial. De modo que ahora que ya no paso los veranos junto al mar, por mucho que me quede cerca, siento cierta añoranza de aquellos días, aprovechando cualquier día de fiesta para acercarme a la costa para disfrutar del paisaje y ver de nuevo el mar (océano en este caso).

En estas escapadas uno se da cuenta de que no hace falta viajar muy lejos para encontarar el paraiso, un pequeño paseo marítimo, un puerto pesquero, un bar para picotear algo...no se necesita más. O Grove bien pudiera ser un paraiso, no lo es porque el pueblo no se puede decir que tenga un encanto especial, pero sin duda es un buen lugar para dejarse caer un día cualquiera y disfrutar de todas esas cosas que he mencionado antes. La foto de hoy es de allí, no es fácil encontrar este lugar, hay que dar bastantes vueltas con el coche hasta llegar a él, pero desde esta pequeña playa podemos divisar el otro lado de la ría, las bateas donde se crían los mejillones, chavales aprendiendo a navegar...todo un lujo, y justo al lado de ese horror turístico que es la Isla de la Toja.

miércoles, 31 de agosto de 2011

Menos es más

Todavía no había probado a cargar la Fuji DL Super Mini Zoom con una película de ISO inferior a 400. Su lente, si no recuerdo mal, es f/4.5-7.5, poco luminosa, lenta...pero qué definición y qué colores ofrece. Ahora sé de qué es capaz con una película barata como el Agfa Vista 200, los colores se mantienen inalterados, la definición muy superior a lo que uno podría esperar. Sin duda una de las mejores compras (la mejor en cuanto relación calidad/precio) de los últimos meses. Me encanta la foto de hoy, sencilla, pero a veces menos es más.

martes, 30 de agosto de 2011

Bubbles

No puedo evitarlo, cada vez que visito un puerto y me encuentro con estas boyas que sirven para proteger los barcos de colisiones o rozaduras, pienso en Bubbles, el tema de los injustamente olvidados The Free Design. Afortunadamente Siesta Records los recuperó en los años 90's, reeditando toda su discografía en forma de preciosos vinilos en doble 10", un acierto más que añadir a la discográfica madrileña que ahora parece extinta.

En cualquier caso, no nos salgamos de lo que centra nuestra atención en Instantáneas de Fondo, la fotografía, no quiero que la música se adueñe de este sitio, más existiendo 360º de Separación. La instantánea de hoy esta tomada en el puerto de Ferrol, un puerto al que le tengo bastante cariño porque no pone barreras a que los curiosos deambulen por sus pantalanes cámara en mano. Sólo de este modo se pueden tomar fotografías como la de hoy u otras muchas que atesoro y reflejan el día a día de un barco de pesca.

miércoles, 24 de agosto de 2011

Fuji Klasse W


Marca: Fujifilm
Modelo: Klasse W
Formato: 35mm
Fabricación: Japón
Lente: Super EBC (Electron Beam Coating) Fujinon
Focal: 28mm
Apertura diafragma: f/2.8 a f/16
Funcionamiento: Automático o Prioridad a la Apertura
Velocidad: 1/500 a 60seg. y modo Bulb
ISO: 25-3200 (lector código DX y posibilidad de selección manual del valor ISO)
Enfoque: Automático y manual por escala de distancias.
Flash: Seis programaciones distintas.
Compensación de la exposición: + – 2
Disparador automático: Sí, posibilidad de regulación de tiempo de espera.
Disparador remoto: Sí.
Posibilidad de montar trípode: Sí
Fecha de producción: A partir de 2007

A lo largo de últimas reviews de cámaras que he ido realizando en Lomography he hablado de los modelos de compactas de gama alta que Fuji ha puesto en el mercado en los últimos quince años, sin embargo he dejado casi para el final el mejor de sus productos, su cámara estrella en el mercado de las compactas, aquella que se encuentra muy por encima de cualquier otra cámara compacta fabricada por Fuji. Una cámara de focal fija con la que Fuji quiso rivalizar con las grandes deseadas de la categoría: la Contax T3, la Ricoh GR1V, la Nikon 28TI y la Leica Minilux 40mm. Frente a estas, y casi un lustro después de la aparición de la última de ellas, Fuji se propuso construir una cámara de altas prestaciones cuando la película ya no estaba de moda y había sido barrida por el auge digital. De ahí nació la Fuji Klasse, después surgió la Klasse S (38mm) y finalmente la Klasse W la última de la saga y capaz de pelear en igualdad de condiciones con cualquiera de las mejores compactas analógicas de lujo del mercado.

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Una vez puesta en el mercado la exitosa (es un decir, hablamos de cámaras analógicas y actualmente las ventas no pueden aspirar más que a unos cuantos miles de unidades) Fuji Natura Classica , la compacta de gama alta y focal variable de Fuji, equipada con el innovador sistema Natural Photo para la toma de instantáneas en condiciones difíciles de luminosidad, la marca nipona tenía claro que había llegado el momento de crear la que quizás fuera su mejor (probablemente también la última) cámara analógica compacta. Para ello la arca tomó el precioso y depurado cuerpo de la Fuji Klasse (comercializada también en Europa como Rollei 35 AFM), introduciendo en él una nueva lente y añadiendo todas aquellas características técnicas que cualquier aficionado a la fotografía analógica hubiera deseado. En cualquier caso, las características técnicas no lo son todo, y a sabiendas de esto Fuji construyó una compacta muy alejada de la Fuji Natura Classica, una cámara construida con mimo que empleaba materiales plásticos (de alta calidad, sí) para todo su cuerpo. Por contra la Klasse W está realizada empleando en su chasis aluminio reviestido de piel, dotando a esta máquina de la apariencia y robustez de cámaras mucho mayores. El remate estético a la Klasse W viene de parte de su presentación, que puede ser en bitono para los más clásicos e íntegramente negro para el fotógrafo de gusto más arriesgado.

Cabria hablar de las características de la Fuji Klasse W, pero antes tenemos que detenernos en su lente gran angular de 28mm Super EBC Fujinon, todo un prodigio en cuanto a nitidez y luminosidad. No estamos ante una cámara que deje al azar la calidad de sus resultados, digamos que la Klasse W es la antítesis de cámaras como la Lomo LC-A, aquí todo está perfectamente calculado para que los resultados sean siempre previsibles. La Klasse W no busca sorprender, busca la perfección en nuestras imágenes, algo que muchos lomógrafos quizás no persigan ni les interese, pero que a otros muchos fotógrafos nos seduce en extremo, pues venimos de una escuela de fotógrafos que siempre buscó la perfección y calidad en sus máquinas, y aunque ahora nos divirtamos en extremo con las cámaras lomográficas, no podemos resistirnos a la tentación de tener cámaras analógicas que puedan rivalizar en cuanto a calidad, nitidez y definición con las modernas cámaras digitales.

Pero bien, describamos las características de esta pequeña maravilla. Para hablar de ella podríamos empezar por decir que la cámara lo tiene todo…o todo, es decir, todo en ella puede funcionar en automático…o en manual, posibilitando así que aquellos que están menos puestos en cuestiones técnicas trabajen con esta pequeña cámara en modo totalmente automático, logrando estupendos resultados con ella, o bien dejando que los más familiarizados con la fotografía se olviden de sus programas manuales y directamente trabajen con su estupendo modo de prioridad a la apertura, en el cual podemos seleccionar desde f/2.8 a f/16 en función del tipo de fotografía, condiciones de luz, sujeto…que vayamos a fotografiar. El enfoque de esta pequeña joya también es automático (recomendable, pues funciona de manera muy precisa) o manual, a través de una escala de distancias. El flash…bueno, admite todas las regulaciones imaginables, con eso lo digo todo. En cuanto a la selección del código DX de la película que hay cargada en la cámara, pues como no podía ser de otro modo, la cámara lleva un lector de código DX, pero para poder ayudarnos en situaciones de poca luminosidad en la que no disponemos de una película muy rápida, existe la posibilidad de ajustar manualmente el valor ISO en la cámara, con lo cual podremos forzar nuestra película tantos pasos como queramos…o utilizar la maravillosa Lomography Redscale XR 50-200 disparada a ISO 25, que es cuando ofrece sus resultados más espectaculares. Obviamente una cámara de este tipo no podía olvidarse de la compensación de la exposición, de modo que en el frontal de la cámara también tenemos un acceso directo a un selector para compensar la exposición hasta en más/menos dos puntos, pero a sabiendas de que no siempre se acierta a la primera, a través de los menús internos de la cámara se puede programar la realización de la misma fotografía varias veces con distintas compensaciones a la exposición, para de este modo lograr con toda seguridad una toma perfecta. Pero por si todo esto no fuera poco, Fuji decidió incorporar a la última de sus realizaciones analógicas en 35mm el sistema Natural Photo, el secreto del éxito de la Fuji Natura Classica, un sistema especialmente diseñado para la fotografía nocturna o en condiciones de poca luz que detecta la inserción de películas de alta sensibilidad (ISO 800 a 3.200), procediendo en ese momento a la desactivación del flash, la fijación de la velocidad de obturación en 1/45 y a la compensación automática de la exposición, logrando siempre así tomas nocturnas perfectamente iluminadas y sin trepidación, un sencillo pero ingenioso invento que ayuda a todos aquellos que cuando cae la noche quieren seguir disparando fotografías.

Fuji inició la comercialización de la Klasse W allá por 2007, siendo en la actualidad la única cámara compacta de sus características que todavía puede comprarse nueva, sin tener que arriesgarnos a hacernos con cualquiera de sus competidoras en el mercado de la segunda mano. Esto ya de por sí debiera de ser un buen motivo para hacerse con la Klasse W antes que con otros modelos, pero lo cierto es que tanto por estética (es de las cámaras más bonitas que se pueden comprar), como por sus estupendos resultados al alcance de muy pocas cámaras, la Fuji Klasse W es actualmente la mejor cámara analógica compacta que se puede comprar. Desafortunadamente su limitada producción y su elevado precio hacen que no sea fácil de ver por Europa, pero en Ebay encontrarás un buen número de vendedores ofertando unidades completamente nuevas de este modelo.

***Esta review fue publicada inicialmente en Lomography. A partir de ahora colgaré en Instantáneas de Fondo aquellas reviews o comentarios que escribo para Lomography. Para ver más fotos de la cámara o imágenes tomadas con ella, podéis echar un vistazo al archivo de Instantáneas de Fondo o acudir a mi Flickr***


martes, 23 de agosto de 2011

Sólo para valientes

En esta ocasión me pudo la prudencia, el recuerdo del descenso por esa carretera ocho años atrás pudo conmigo. Al llegar abajo, al faro, había unos cuantos coches aparcados y no tuve más opción que dar la vuelta en el último tramo de carretera, apenas quedaba un metro entre el morro de mi coche y el acantilado cuando lo situé perpenticular al sentido de circulación de la carretera. Las maniobras para dar la vuelta en tan exiguo espacio fueron muchas y supongo que el recuerdo de aquel día, con el coche al borde del precipicio, el temporal azotando el mar y la tierra...la cuestión es que en esta ocasión, cuando inicié el descenso hasta el faro de Punta Candieira, sentí algo así como vértigo y decidí dar marcha atrás hasta un descampado que hay a 800 metros del faro. Me eché atrás, lo admito, pero esta vez mi coche es más grande que años atrás y la carretera (donde no pueden cruzarse dos coches) cada vez me parecía más estrecha.

El Faro de Punta Candieira es un lugar que hay que visitar si se está cerca de Cedeira, al igual que hay que visitar el Faro de Cabo Ortegal cerca de Cariño, son lugares donde el mundo bien podría acabar, ambos impresionantes por igual, aunque la carretera que conduce a Punta Candieira hace a su faro algo especial. En la instantánea de hoy podemos ver la revirada bajada que conduce hasta el faro, si os fijáis bien, a la derecha de la última curva que se vislumbra con claridad hay unos pequeños puntos marrones, son caballos salvajes que pastan libremente por estos montes durante todo el año. Y al fondo, a la derecha de la imagen, comienzan a erguirse los acantilados de la Garita de Herbeira, los más altos de toda Europa. Un lugar mágico, también peligroso en un mal día, poco recomendable para conductores con vértigo, pero también un lugar inolvidable.

Puerto de Cedeira

Hacía muchos años que no pasaba por Cedeira, un pueblecito que en el pasado, cuando aún no vivía en Galicia, frecuentaba con mucha frecuencia. La verdad es que lo echaba de menos, para mí Cedeira marca el inicio de una ruta que recorre los parajes más bonitos de la costa gallega, que no es poco. Desde Cedeira hasta Ribadeo uno no puede dejar de maravillarse con la costa (cantábrica, en su mayor parte), las playas, acantilados, los montes con sus espectaculares vistas...

Pero no me andaré por las ramas, aprovechando que fuimos a pasar unas horas a Cedeira estuve haciendo una serie de fotos de sitios que había frecuentado en el pasado, como el puerto del pueblo. Las fotos que hoy dejo aquí no se conrresponden con el puerto pesquero, al menos no el industrial, si no que reflejan la multitud de pequeños barquitos (algunos ni siquiera llegan a tal denominación) que pueblan el pequeño pueblo de la localidad. La primera foto está tomada desde la fortaleza del municipio, la segunda está tomada desde el ángulo inferior derecho de la primera fotografía. Es decir, son dos puntos de vista de una misma imagen.


viernes, 19 de agosto de 2011

Lo que no se debe hacer

Disparar contra el sol, es obvio, cualquiera sabe que si lo haces apenas obtendrás una serie de sombras. Esto en un atardecer en llamas puede tener su gracia, pero en el resto de las ocasiones ya sabemos que, o bien jugamos a compensar la exposición, o nuestro objeto protagonista saldrá en forma de silueta, no más.

Pero bien, hay días en los que apetece jugar, incluso buscar una silueta, nada más. Así que este fin de semana, estando en Cedeira y con un sol de justicia que iniciaba su descenso hacia el horizonte, me dio por hacer algunas fotografías a contraluz. Era el primer día que sacaba la maravillosa Minolta AF-C, cámara en la linea de la famosa Lomo LC-A, aunque yo diría que más parecida a la serie XA de Olympus. Una pequeña maravilla con una lente estupenda que desde ya mismo se ha convertida en una de mis compactas favoritas, ya iré colgando por aquí alguna foto en condiciones, puesto que con las de hoy no se pueden apreciar las bondades de su lente.

miércoles, 17 de agosto de 2011

Coliseo

Hace unos días veíamos una foto de unos novios asiáticos haciéndose fotos junto al Coliseo de Roma. Bien, hoy vamos a ver bien el que probablemente sea el monumento más emblemático de la capital de Italia. Todavía restan un par de instantáneas más para olvidarnos de él, pero hoy nos dedicamos a este edificio histórico, para verlo en solitario, con toda su majestuosidad, y junto al Arco de Constantino, que se encuentra entre el Coliseo y el Foro Romano.

Un día antes de viajar a Italia recibí la cámara analógica que quería llevar conmigo, la Fuji Zoom Date f/2.8, dotada de un super angular de 24mm con el que estaba seguro de que no se me escaparía nada en mi viaje. Siempre es un riesgo llevarse una cámara sin probar a un viaje, pero en esta ocasión me arriesgué, cargándola casi siempre con mi película favorita de negativo color, el Kodak Ektar 100. El resultado para mí es un completo éxito a la altura del logrado con una cámara infinitamente más cara, como la Fuji Klasse W. Sin duda la mejor elección para aquellos aficionados a la fotografía analógica que quieran tener una pequeña cámara compacta con una lente gran angular y una nitidez fuera de serie.

jueves, 11 de agosto de 2011

Museos Vaticanos

Aunque no lo he comentado, por los últimos posteos resultará obvio que parte de las vacaciones las pasé en Roma. No era la primera vez que me acercaba a la capital de Italia, de hecho ni siquiera era una preferencia para mis vacaciones, pero entre que mi novia no había estado nunca allí y que los destinos desde el aeropuerto de Oporto no son excesivos, terminamos visitando Roma. Ella para descubrirla por primera vez, yo para conocer la ciudad en mayor profundidad. Lo cierto es que creo que ella descubrió la ciudad en detalle, pero a mí todavía me queda mucho más por ver, cuestión de exigencias, soy de esas personas que se recrean mucho tiempo en las cosas, me da pena perderme cualquier cosa y esto hace que los viajes se conviertan en verdaderos maratones turísticos en los que por muchas horas de luz que haya, siempre me faltará tiempo.

De entre todos los lugares que visité en esta última estancia en Roma, quizás el que más dudaba en volver a ver eran los Museos Vaticanos. Y no es que sea porque no merezcan la pena, todo lo contrario, pero sucede que las colecciones expuestas en los Museos Vaticanos, excepción hecha de la Pinacoteca (de la que sólo se puede ver una pequeña parte), suele permanecer inalterada con el paso del tiempo. Obviamente no van a redecorar ni repintar la Capilla Sixtina, ni la Sala de las Cartas Geográficas, ni las Estancias de Rafael, con lo cual si repites visita lo normal es que la práctica totalidad de lo que descubres ya lo hayas visto con anterioridad. En cualquier caso no me arrepiento de haber vuelto por allí, hubiera sido injusto hacer que mi novia se marchar de Roma sin haber visto la Capilla Sixtina o la Sala de las Cartas Geográficas...y yo de paso volví a maravillarme con todos los tesoros que este estupendo museo alberga.

Hoy traigo aquí lo que es el fin de la visita a los Museos Vaticanos, la escalera de salida que nos conduce hacia el exterior una vez terminada la visita. Me fascinan las escaleras de caracol y esta es una de las más grandes y majestuosas con las que me tropecé, en realidad, tal y como sucede con la escalera de caracol del Museo del Pobo Galego, aquí en Santiago de Compostela, esta escalera no es una, sino varias, lo cual la hace todavía más atractiva. Sólo por su mera contemplación merecería la pena darse una vuelta por los Museos Vaticanos, pero encontrarla después de ver la Capilla Sixtina ya es algo fuera de serie.

martes, 9 de agosto de 2011

Volviendo a los mismos lugares

Lo reconozco, soy un hombre de costumbres, intento sobrellevarlo lo mejor que puedo, me esfuerzo por introducir variaciones en mis hábitos, pero lo cierto es que cuando algo me gusta...desde comer siempre en los mismos restaurantes (de vez en cuando pruebo uno nuevo, pero normalmente me gustan más los de siempre), a beber siempre la misma marca de whisky, o repetir la misma foto de un sitio al que voy con relativa frecuencia. La foto de hoy pertenece a mi última visita a Oporto, no puede ser más típica, el puente Dom Luis I sobre el río Duero, las barcas que antiguamente transportaban el vino, la bodega en lo alto de la colina...seguro que ha aparecido en un par de ocasiones por aquí, pero cada vez que visito Oporto no puedo resistirme a acercarme a mirar si todo sigue en su sitio, como si hubiera cambiado algo en los últimos cien años...


En esta ocasión llevaba conmigo una Olympus XA2 cargada con un Lomography Color 100, buena combinación para dejar constancia del que es uno de los rincones (es un decir, lo de rincón) más bonitos de todo Oporto, lo cual no es poco, ya que es una ciudad fantástica.

Postal turística

Escondida en el número 19 de la Via Pellegrino se encuentra uno de esos pequeños secretos que encierra la ciudad de Roma. Al llegar a esa dirección ubicada en pleno centro histórico de la ciudad italiana, nada parece indicar que allí vayamos a encontrar punto alguno de interés, pero lo cierto es que si nos fijamos en la triste y lúgubre arcada que se abre ante nosotros (Arco Degli Acetari) y nos decidimos a traspasarla, damos con un patio de vecinos que pronto reconoceremos por su tipismo y por haber sido reproducido una y mil veces en las guías turísticas romanas.

Lo primero que observamos en este pequeño patio, descuidado, como toda la ciudad romana, es que parece desubicado dentro de la propia urbe, ya que su tranquilidad mundana no parece digna del agitado centro histórico de la capital italiana, si no más bien del maravilloso y popular barrio del Trastevere, mi rincón favorito de Roma. A poco que estemos unos minutos allí, contemplando la descuidada pintura muchas veces repleta de desconchones, observaremos a sus vecinos disfrutando tranquilamente de la vida, tomando un café, leyendo un libro...sin importarles los turistas (somos pocos los que llegamos aquí, la verdad) curiosos ávidos de disfrutar de esta idílica visión de la vida romana, tan alejada de la real, repleta de coches a toda prisa y conductores malumorados. Los viajes merecen la pena por este tipo de detalles, así que si viajas a Roma, no dejes de buscar este patio, su contemplación merece cinco minutos de tu tiempo.

viernes, 5 de agosto de 2011

Recorrer medio mundo para hacer el ridículo

Al menos esa es la impresión que me da a mí. Mes de Julio, Roma, temperaturas de infarto (40ºC el día de esta instantánea), vestidos de novios, con decenas de personas haciéndote fotografías en el sitio más turístico de toda la ciudad, país...¿planeta?. La situación ya es de por sí incómoda, pero pensar que te has recorrido (literalmente) medio mundo para llegar hasta aquí, es de locos. Y lo peor de todo es que es muy habitual que muchas parejas de novios (los italianos tienen un pase, por aquello de la comodidad y tenerlo cerca) pasen por este suplicio para poder atesorar un recuerdo de tan dudoso valor...más en estos tiempos, en los que los divorcios están a la orden del día.

Pero bueno, ya se dice por ahí, en este mundo hay gente para todo...

jueves, 7 de julio de 2011

Sí (también) a lo digital

Aunque queda claro que este es principalmente un blog sobre fotografía analógica (especialmente en el último año, a causa de la lesión que me tuvo alejado de las carreras que aquí comentaba), para nada reniego de la fotografía digital. Sólo que lo cierto es que normalmente voy de un lado para otro con las compactas analógicas, que acostumbran a ser pequeños juguetes que ofrecen resultados realmente sorprendentes. Sin embargo cuando salgo fuera de casa, a pasar un fin de semana o de vacaciones, nunca dejo pasar la oportunidad de llevar una reflex digital y acabo haciendo tantas fotos con ésta como con las dos o tres cámaras analógicas con las que también cargo.

La foto de hoy corresponde con una vista de el tramo final del Río Limia a su paso por la localidad portuguesa de Viana do Castelo. Al fondo de la instantánea podemos ver el impresionante puente de hierro diseñado por Gustave Eiffel, uno de los símbolos de la ciudad y todavía a pleno rendimiento. Cada día me gusta más Portugal, aunque creo que ya lo he dicho muchas veces por aquí. Mi próxima visita al país vecino será la próxima semana, para tomar un avión con destino a Roma, así que aprovecharé para ír un día antes y estar en Oporto toda una jornada. Después volveré por allí en Septiembre, para la media maratón de la ciudad del Duero, pero bueno, eso ya será otra historia...

miércoles, 6 de julio de 2011

Estudiando en compañía

Tenía un carrete de Provia 100F en la Holga 120CFN desde hace meses, no sé qué tengo con esta cámara que no termino de sentirme cómodo con ella. Quizás sea el medio formato, la posibilidad de disparar únicamente doce fotos, quizás sea la poca versatilidad su lente de 60mm...pero lo cierto es que aunque no utilizo mucho esta cámara, los resultados siempre me agradan, especialmente en un día soleado.

Había olvidado que tenía esta foto aguardando terminar el carrete de 120mm para poder salir a la luz, el resultado ha sido tal cual el que esperaba cuando hice esta foto al comienzo de la primavera. Vi a esta chica acompañada de su perro, estudiando en el parque de Belvís, y sabía que esta foto me gustaría. Los colores son preciosos, el viñeteo acusadísimo, la falta de definición típica de la Holga le añade encanto a la imagen y centra nuestra atención en la estudiante...

Esta vez el carrete de diapo ha sido revelado por el proceso E-6, cada vez me gusta más este proceso, lástima que sea mucho más caro que el C-41...

viernes, 17 de junio de 2011

Fe a la portuguesa

Hace tiempo leí que Braga era la ciudad porguesa donde con mayor fervor se profesaba la fe católica. Hasta tal punto se resaltaba esta circunstancia que durante la pasada Semana Santa suspendí un probable viaje a la ciudad para no tener que sufrir las supuestas aglomeraciones de sus procesiones, o tener alguna dificultad para encontrar alojamiento.

No mentía esa información a la que aludo, después de visitar la ciudad por segunda vez, ahora ya en profundidad, diría que Braga es difícilmente concebible sin la profunda religiosidad de muchos de sus habitantes. Y desde luego que esto no tiene que ver con la cantidad de iglesias que pueblan sus calles, ni siquiera con el famoso Santuario de Bom Jesus, si no con pequeños detalles de la vida diaria que te hacen comprender lo diferentes que son las cosas en esta agradable ciudad. Por ejemplo, me resultó extremadamente curioso comprobar cómo en la puerta de una tienda de MANGO había pegados (por los propios trabajadores, o la dirección) carteles que anunciaban romerías o fiestas en honor a un santo/a. Algo así en España no podría suceder, aquí asociamos la religiosidad (es un hecho, no me posiciono, sólo digo lo que hay) con algo del pasado, incluso generando mofa, cuando no irritanción y beligerancia, en parte de la población. Ver ese tipo de publicidad en una de las tiendas de MANGO en España en principio me resulta impensable.

Otro detalle, la religión no sólo se vive en las iglesias. Salpicando las calles de Braga podemos encontrar un buen número de altares, no me fijé a quién estaban conmemorados, en los cuales la gente tiene un lugar para dejar sus velas o cirios, supongo que buscando un mayor efecto en sus plegarias. Cosa realmente curiosa y, de nuevo, impensable en España, donde dicha manifestación no duraría más que unas horas, siendo arrasada en poco tiempo por el salvaje de turno.

Mi religiosidad es la justa, la verdad, quizás por ello me sorprenda tanto la forma de ser de la gente de Braga, aunque quizás lo que más me llama la atención, en general, es que los portugueses siguien siendo personas educadas y amables, respetuosas con los demás, cosa que aquí en España hace mucho que se olvidó. Volver al país vecino siempre es un verdadero placer, nunca me canso.

Ah, la foto de hoy, lo olvidaba, está tomada en uno de esos altares que hay dispuestos por las calles. Fuji Klasse W y Agfa Vista 200. Una buena película, con un grano agradable, pero a años luz del Kodak Ektar con el que cargué la Klasse W por primera vez. Obviamente, son películas de características (y precio, vaya) completamente distintas. Esta foto es una de mis favoritas de los últimos tiempos.

jueves, 16 de junio de 2011

¡Camarero, una de sardinas! (Nueva cámara lomográfica)

Los cerebros de los inventores de Lomography están que echan humo, no estando contentos con el reciente alumbramiento de estupenda (futuro capricho, al tiempo que cae) LC-Wide, acaban de descolgarse con una nueva novedad lomográfica en forma de lata de sardinas. Sí, sí, has leído bien, lata de sardinas, porque La Sardina, la nueva cámara lomográfica hace fotos, pero por su diseño bien podría albergar una suculenta ración de este pescado en su interior, tremenda.

En esta ocasión Lomography se aleja del concepto LC-A, LC-Wide, Horizon, Lubitel etc, es decir, el de cámara seria con buenas prestaciones, para entregarnos lo que podría denominarse toy camera, o cámara de juguete en castellano. Y es que no podríamos definir mejor a esta nueva sardinilla que está con nosotros, toda ella está hecha de plástico, lente incluida, en colores vivos que hacen que la cámara te entre por los ojos.

Cuatro son los modelos de La Sardina disponibles, dos sin flash y dos con él. A cada cual corresponderá elegir su émulo favorito de The Kandor (la inspiración es aquella vetusta cámara es clarísima), por aquí ya estamos decididos, la nuestra será el elegante modelo Sea Pride, ya que tanto por color, como por no llevar flash es el que más se adapta a nuestro gusto y necesidades.

Pero bueno, La Sardina es muy llamativa y bonita, pero no deja de ser una cámara fotográfica, de modo que no estaría de más repasar las características técnicas de esta cámara. En primer lugar su objetivo, presenta como novedad una ámplia focal de 21mm con una apertura fija de f/8 y una velocidad de obturación normal de 1/100. Esto hace que a no ser que el día sea extremadamente luminoso lo más aconsejable para La Sardina será cargarla con película de ISO 400 para obtener instantáneas bien expuestas.

Pero no acaba ahí la cosa, como buena cámara lomográfica La Sardina tenía que aportar algo más, y ese algo es tanto la posiblidad de realizar múltiples exposiciones como disparar en modo bulb. Además los modelos equipados con flash no lo hacen con un flash cualquiera, si no con el flash más potente diseñado hasta la fecha por Lomography, con tres niveles distintos de potencia a emplear según nuestras necesidades y unos filtros para pintar de color nuestras fotos nocturas.

El precio de este nuevo producto Lomography es de 49 euros para las versiones Sea Pride y Marathon (sin flash), mientras que La Sardina Fischers Fritze y El Capitán, que incluyen un llamativo flash, se vende por 89 euros, todo ello en la tienda nacional de Lomography.