jueves, 22 de septiembre de 2011

Veterano

Me gusta lo antiguo, será cosa de la edad, que hace que las cosas del pasado nos recuerden una juventud que poco a poco se nos va escapando. Nunca he dejado de usar el giradiscos, me decanto por la fotografía analógica, admiro los coches clásicos...por lo general cuando voy a algún sitio siempre acabo fijándome en todo aquello que pude contemplar cuando era un niño o adolescente. Y en el puerto de O Grove no podía ser de otra manera, allí me encontré con multitud de pesqueros modernos, con sus cascos metálicos y sus últimos sistemas para la pesca, sin embargo no pude quitarle la vista de encima a este pequeño pesquero. Realizado enteramente en madera, con su iluminación tradicional, su viva decoración...imposible no volver treinta años atrás, imaginando aquellos años en el levante español, aquellos veraneos de más de dos meses en los que madrugaba para ver cómo llegaban a puerto los pesqueros de Guardamar del Segura, contemplando cómo descargaban las capturas...mundo viejuno.

martes, 13 de septiembre de 2011

Aparcamiento

Sin tantos humos, ni pitidos de los conductores, sin el gris del asfalto, olvidándonos de la atmósfera opresiva de sus interiores oscuros y malolientes...si tengo que elegir, prefiero un barquito y un amarre.

martes, 6 de septiembre de 2011

Paraísos cercanos

Últimamente estoy muy marinero, casi todas las fotos que he colgado durante el verano han tenido por protagonista directo o indirecto el mar. No es casualidad, ya desde bien pequeño comencé a sentir atracción por el mar, supongo que disfrutar de veraneos de los de antes, de más de dos meses, algo tendría que ver. Pasar tanto tiempo en una casa al borde de la arena de la playa, teniendo como distracción principal pasear en bicicleta junto al mar o aprender a disfrutar de la pesca con mi abuelo, hacen que mires el mar de una manera especial. De modo que ahora que ya no paso los veranos junto al mar, por mucho que me quede cerca, siento cierta añoranza de aquellos días, aprovechando cualquier día de fiesta para acercarme a la costa para disfrutar del paisaje y ver de nuevo el mar (océano en este caso).

En estas escapadas uno se da cuenta de que no hace falta viajar muy lejos para encontarar el paraiso, un pequeño paseo marítimo, un puerto pesquero, un bar para picotear algo...no se necesita más. O Grove bien pudiera ser un paraiso, no lo es porque el pueblo no se puede decir que tenga un encanto especial, pero sin duda es un buen lugar para dejarse caer un día cualquiera y disfrutar de todas esas cosas que he mencionado antes. La foto de hoy es de allí, no es fácil encontrar este lugar, hay que dar bastantes vueltas con el coche hasta llegar a él, pero desde esta pequeña playa podemos divisar el otro lado de la ría, las bateas donde se crían los mejillones, chavales aprendiendo a navegar...todo un lujo, y justo al lado de ese horror turístico que es la Isla de la Toja.