miércoles, 26 de octubre de 2011

Customizando (que es gerundio)

Tenía ganas de hacer la prueba. En mis manos una Rollei Prego Micron, pequeña compacta, antaño casi de lujo (están un escalón por debajo de las compactas pata negra), equipada con una lente Apogon de doble focal. Esto es, puede trabajar tanto en 30mm, como en 30mm panorama o 24mm panorama. En caso de utilizar la cámara tal y como fue concevida obtenemos unas imágenes de extraordinaria nitidez, pero mi idea era otra, a mí lo que me apetecía era customizarla, abrirla y bloquear las pestañas del modo panorámico para dejar esa lente de 24mm libre de cualquier limitación.

Dicho y hecho, cámara trucada y salgo a fotografiar, miro por el visor y ninguna línea de corrección del paralelaje o enfoque que me limite. Todo lo que veo por el visor es lo que sale en la fotografía, claro que tiene que haber truco, precisamente aquel que busco, porque esa lente no está preparada para trabajar en 24mm sin el formato panorámico, de modo que espero tener un viñeteo acusado y cierta distorsión en los bordes de la fotografía...

Afortunadamente el resultado es el esperado, cargada con un Agfa CT Precisa revelado por el proceso E-6 la definición y los colores que logra la Rollei Prego Micron son una maravilla...siempre y cuando no nos vayamos a los bordes de la fotografía, donde nos encontraremos con un precioso viñeteo y cierta aberración en la imagen. En definitiva, en cinco minutos y con una ligera modificación podemos tener una cámara con una lente de 24mm y definición infinitamente superior a una LC-A y con su mismo, cuando no más, viñeteo.

lunes, 24 de octubre de 2011

Superando prejuicios

Tengo que reconocerlo, siempre había mirado a la Lomography Sprocket Rocket con cierta desconfianza, recelo...incluso superioridad, sí. Me gustan las cámaras de calidad, ya sean reflex o compactas, el tipo de cámara me es indiferente...pero por favor, que sean máquinas de calidad, es lo único que pido. Cuando de lomografía se trata no cambio de parecer, tengo una Holga que adoro, también otros juguetes lomográficos...pero mi cámara favorita es la LC-A, me permite regular la apertura del diafragma, tiene enfoque por distancia, una lente razonablemente nítida que produce imágenes deliciosas...y si tuviera que elegir otras cámaras lomo, sin duda me quedaría con una Lubitel o una Horizon.

Claro que a nadie le amarga un dulce, una conocida marca de ropa tuvo la brillante idea de regalar cámaras lomográficas con ocasión de la inauguración de su tienda por internet...y yo no me iba a quedar sin mi cámara (en realidad conseguí dos). Tan sólo había que estar frente al ordenador a una hora determinada, comprar algo para mi novia...y esperar a recibir mi(s) camara(s). La fortuna me sonrío y llegaron a casa una Sprocket Rocket y una Spinner que me hicieron ilusionarme con sus curvas. La Spinner es divertida, casi tanto que no es necesario hacer fotos con ella, pero la Sprocket Rocket...bueno, de pronto se convirtió en la niña de mis ojos, no pude evitarlo, me cayó en gracia. Puede que su lente fuera de plástico, que tan sólo fuera capaz de ofrecer dos velocidades de obturación (escasas en ambos casos) o que sus opciones de enfoque fueran más que limitadas...la Sprocket Rocket conquista una vez la tienes en tus manos, ella es retro, yo amo lo retro...es ligera, yo cargo con muchas cámaras...su visor lo capta todo, y a mí me gusta ver el mundo entero...

Así, con un único vistazo, de golpe y porrazo superé todas mis reticencias hacia la Lomography Sprocket Rocket y comencé a preparar nuestra primera vez. Sabiendo de sus carencias (luminosidad y definición) busqué un Fuji Sensia 400 y lo cargué en la cámara en un día soleado, decidiendo que utilizaría el proceso E-6 para reducir el grano y obtener unos colores más vívidos. El resultado me maravilla, no deja de ser una cámara de juguete, pero en un día soleado y con una buena película la cámara produce preciosas imágenes genuinamente lomográficas. Su viñeteo, exagerado e irregular, es ideal para hacer fotos marítimas y los reflejos de su lente disparada frente al sol son curiosísimos, eso por no hablar de la exposición de las perforaciones de la película. La instantánea de hoy corresponde a una vista sobre el imponente Faro de Cabo Vilán, en Camariñas, creo que la imagen habla por sí misma...

No sé, ni pienso probar, qué pasaría con una película negativo color de ISO 100 en un día con poco sol, pero lo cierto es que la Sprocket Rocket tratada con mimo es capaz de producir muchas satisfacciones. ¡Gran descubrimento!




martes, 11 de octubre de 2011

El fin del verano...

Una vez que le he puesto el título a la entrada de hoy, comienzo a dudar. ¿Realmente llegó el fin del verano? Por aquí por Galicia el verano apenas se dejó sentir durante los meses de Julio y Agosto, pero llegó Septiembre y después de mes y medio seguimos teniendo un calor sofocante. De modo que la instantánea de hoy, que irremediablemente evoca el fin del periodo estival no acaba de ser todo lo certera que debiera, ya que la posibilidad de acudir a la playa para tumbarnos al sol sigue estando ahí.

En cualquier caso, yo ya he dado por acabado el verano y a estas alturas del Otoño ya comienzo a suspirar por la llegada de las lluvias. Está claro que en cuanto esté dos semanas sin parar de llover (algo que aquí sucede con frecuencia) clamaré al cielo para que salga el sol y así sacar a pasear las cámaras, pero ahora mismo no pienso más que en despedir estos días de cielo despejado y sol de justicia.

Volviendo a la instantánea, pertenece a un carrete Agfa 400 montado al revés, lo cual lo convierte en un redscale casero que no tiene nada que envidiar al Lomography Redscale 100 ó XR. En realidad este apaño casero está dotado de una imprevisibilidad en los resultados que los productos de Lomography carecen, de modo que no será la última vez que lo pruebe. Para esta ocasión opté por utilizar una Olympus XA2, fijando el ISO en 25.

viernes, 7 de octubre de 2011

Autorretrato

¿Qué mejor espejo podía encontrar para hacerme una foto que el reluciente tapacubos de un clásico hispano? Sí, sí, hispano, porque rodeado de una exhuberante colección de joyas clásicas sobre ruedas fui a dar con un modesto Seat que me ofreció su reluciente tapacubos para que diera rienda suelta a mis ganas por retratarme.

Y es que al final no hay nada como los clásicos populares, esos que aún siendo lejanos están al alcance de los sueños de un pobre mortal. Porque no nos engañemos, un Cadillac es inalcanzable, pero un Seat 600, un 850, un 1430 Sport (mi favorito)...en fin, soñar es gratis. Mientras tanto siempre quedará la fotografía, hoy el protagonista de la instantánea soy yo, con mi Fuji Klasse W y la Olympus MJUII colgando de la muñeca. Soberbio el Lomography Redscale XR.

jueves, 6 de octubre de 2011

Días de fútbol

Ya lo decía ayer, en ocasiones logras la foto que buscabas, claro que lograr más de una foto que realmente te guste con apenas unos días de diferencia...eso es mucha suerte, sin duda. La foto de hoy es fruto de una tarde de aburrimiento, una historia que a priori no resulta muy atractiva pero que demuestra que siempre hay que estar preparado para que las cosas cambien...

Domingo por la tarde, me encuentro descansando después de haber salido a entrenar (algún día, si las molestias y lesiones remiten, retomare los comentarios sobre las carreras populares) cuando de pronto la familia política se moviliza y decide que hay que ir a ver un partido de fútbol femenino. A mí el fútbol me importa bien poco, nada en realidad, pero finalmente accedo a acompañarles. Por otra parte, y para ser sinceros, las pocas veces que he visto jugar al equipo femenino de fútbol de la localidad hay que reconocer que lo he pasado bien ya que las chicas son francamente buenas, así que al menos sé que hay bastantes posibilidades de ver un partido entretenido...aunque a mí el fútbol...ya digo. Contra todo pronóstico me encuentro con una primera parte soporífera (bueno, vale, en realidad mi hastío se debe a que las jugadoras locales juegan unos primeros minutos francamente malos) de modo que visto el panorama opto por ir al coche a por mi cámara para terminar de gastar el carrete de Lomography CN400 que llevo cargado en la Nikon FM2.

En el descanso me dedico a hacer fotos del recién estrenado campo de fútbol local, comienza la segunda parte y centro mi atención en las jugadoras, aunque poco a poco mi atención se divide entre la cámara y el campo, ya que el equipo local empieza a dominar y jugar como otras veces les he visto. Fotografío determinados lances del juego, aplaudo las ocasiones de gol, las paradas de "nuestra" guardameta...y celebro el gol que finalmente nos dará la victoria. El carrete está a punto de acabar cuando una pelota llega casi a mis pies, me dispongo a hacer una fotografía con el excelente Nikkor 50mm f/1.4 AIS cuando una jugadora local se acerca para sacar de banda, la chica se da cuenta de que quería hacerle una foto al balón y cuando está a punto de cogerlo se queda paralizada, esperando a que haga la foto...y ése es el instante en el que de veras tengo que hacer la foto. Ya está, foto hecha, carrete acabado, el equipo local gana y yo me llevo mi fotografía. Todos contentos.

miércoles, 5 de octubre de 2011

En el fin del mundo...

Hay ocasiones en las que la fortuna nos sonríe y nos ofrece el marco idóneo para realizar la fotografía que llevamos en mente. No siempre sucede, todo lo contrario, lo normal es regresar a casa con un montón de fotos que aún gustándonos, no llegan a ser eso que esperábamos, de modo que cuando por fin revelamos nuestra película y acertamos a ver algo parecido a los imaginamos la satisfacción nos invade.

La instantánea de hoy es una de mis favoritas de los últimos tiempos. Está realizada en el Cabo Prioriño, justo detrás del Puerto Exterior de Ferrol, en un lugar constántemente azotado por el viento y las olas del Atlántico. Nuestra intención aquel día era recorrer el camino que hay desde Ferrol, donde habíamos visitado el Arsenal Militar de la ciudad, hasta el Puerto Exterior de Ferrol, pasando primero por la Fortaleza de La Palma. Un recorrido bastante curioso y recomendable, aunque también hay que decir que su final, en ese nuevo puerto industrial del Ferrol, no merece la pena ya que apenas podemos acercarnos para contemplarlo en su totalidad. Pero a cambio, junto a él, tenemos el pequeño faro de Cabo Prioriño, donde me encontré con esta pareja de perras descansando tranquilamente frente a un edificio de diseño contemporáneo. La ocasión inmejorable, Ola y Holga, que así se llamaban las perras, reposaban sobre el terreno, impasibles e inalterables frente al viento y a mis cámaras. La foto de hoy está realizada con la maravillosa Fuji Klasse W y un Lomography Redscale XR 50-200 disparado a ISO 25. El resultado...el esperado, o algo parecido, que no es poco. Algún día volveré a visitar de nuevo a esta pareja...