lunes, 31 de enero de 2011

Tarde de bruma

Hoy toca volver a la lomografía, ese movimiento (porque lo es, no nos engañemos) que se basa en el empleo de cámaras fotográficas analógicas para lograr imágenes de curioso impacto visual. Ya digimos en su día que esto de la lomografía no es más que un invento comercial, pero la cuestión es ser consciente de ello y subirse al carro en caso de que te pique el gusanillo, sin más. Porque lo importante es la diversión, al fin y al cabo cada uno es libre de gastar su dinero en lo que le venga en gana, así que no seré yo quién critique el precio de las cámaras lomográficas. Además, en honor a la verdad hay que decir que el movimiento lomográfico (el oficial, es decir, el de lomography.com) no es excluyente, con lo que se le da tanto valor a una foto realizada con una Lomo LC-A+ o una Lubitel 166+ como a una instantánea sacada con una cámara de plástico comprada en los chinos.

Hasta ahora tan sólo tengo unas pocas cámaras lomográficas; LC-A, Actiosampler Flash y Holga. La Lubitel 166+ y la Horizón están en mente, pero la realidad es que suelo comprar más cámaras antiguas que nuevos modelos de Lomography, cada cámara (en realidad cada lente, que aquí es lo que importa) ofrece un resultado distinto y a mí lo que me gusta es hayan sido cámaras reconocidas en su día; Nikon FM2 (bueno, esta es una máquina muy seria, hace unas fotos estupendas gracias a los objetivos Nikkor que le monto), Zenit 212K, 112 y E, Olympus XA2 y XA3, Yashica MG-1, Minolta SRT101 (otra buena máquina de hace treinta años)...la cuestión es ver el resultado que cada una proporciona.

Hace ya más de un año me hice con una Olympus MJU II Zoom 170, la verdad es que la adquirí porque la serie MJU fue la sucesora de las estupendas XA, sólo que en este caso no hay lente Zuiko de por medio, supongo que de ahí el precio al que la conseguí, diez euros, cuando en su día (y no hace tanto de eso) fue una de las mejores compactas del mercado, con un super zoom de 170mm. Pero claro, el usuario medio se ha pasado al digital, y los lomógrafos menosprecian (yo el primero, aunque creo que estoy cambiando de opinión) este tipo de cámaras totalmente automáticas. La cuestión es que después de un año decidí a ponerle una pila a la MJU, cargué un carrete diapo Kodak Elitechrome y salí a probar la cámara. El resultado ha sido toda una sorpresa, el proceso cruzado junto con la gran calidad de la óptima (repito, sin ser una Zuiko) ha proporcionado un montón de instantáneas que me tienen encantado. Aquí dejo una muestra, un día de bruma, el sol cayendo, foto tirada a contraluz...me encanta el azul del cielo (que en realidad era totalmente gris), la niebla que intenta ocultar la Catedral de Santiago, el verde apagado de la hierba...lo dicho, lomografía por diez euros. No hay que hacerle ascos a ninguna cámara.

sábado, 29 de enero de 2011

Evocador

Está claro que al final todo se reduce a las vivencias, los recuerdos o aficiones, a lo que uno ha visto, leido, escuchado...muchos no verán nada en nuestra instantánea de hoy, pero estoy seguro de que algún amigo que se pase por Instantáneas de Fondo sentirá acudir a su mente un montón de cosas (experiencias propias o simples términos) al ver la imagen de hoy. Tan sencilla pero a su vez tan evocadora, realmente bonita según mi opinión, según mis recuerdos, claro.

Así, casi sin pensarlo: Tony Wilson, Factory Records, New Order, Política (Izquierda...pero también Derecha), Insdustria, Diseño Ruso (aunque esto sea norteamericano), Pureza, Orden, Rigidez...la imaginación es libre.

Pues eso, espero que veáis algo al mirar este encaje arquitectónico. Si no es así, tampoco pasa nada, cada uno tiene sus aficiones.

miércoles, 26 de enero de 2011

Todo está en los libros

Es cierto, ya lo cantaban las entrañables Vainica Doble, todo, absolutamente todo está en los libros. Por eso nunca he entendido a esa gente a la que no le gusta leer. Da igual qué leas, pero hay que leer, el periódico no es un mal comienzo, para así pasar de la televisión, incluso de los noticiarios. Cine, si acaso series, poco más hay de interés. Pero bueno, tampoco me las voy a dar de lector entendido, ni siquiera de tener buen gusto, tan sólo puedo presumir de leer casi todos los días, que ya es algo. Ahora andan entre mis manos El Fuego (secuela del superventas El Ocho), de Katherine Neville y El Fin del Mundo, de Haruki Murakami. Los dos me entretienen, aunque me pierdo constantemente con la historia (floja, francamente) del primero, y ando entusiasmado con el segundo. Después de terminar con El Fin del Mundo tengo que leer De Qué Hablo Cuando Hablo de Correr, en el que Haruki Murakami habla de sus experiencias con el maratón (otro sufridor del asfalto, he de tenerle simpatía). Por cierto, mi rodilla comienza a recuperarse de la rotura de menisco, tanto que he vuelto a entrenar, a ver si en un par de meses vuelvo a las carreras populares.

En cualquier caso me he salido de tema, más o menos, el título del posteo de hoy tan sólo era una excusa para enseñar un libro, o más bien una instantánea de él. El objeto perfecto para empezar a divertirme con la Nikon FM2 y el objetivo Nikkor 28-105mm f/3.5-5.6 con función macro. Ahora que veo el resultado, me hubiera gustado montar el Nikkor Micro 55mm f/2.8, pero eso para la próxima visita a la biblioteca de la recién estrenada Cidade da Cultura de Galicia, situada aquí en Santiago de Compostela. En fin, que cada vez me gusta más esto de fotografiar cosas en detalle, al final va a ser otra afición, mal vamos.




sábado, 15 de enero de 2011

Flores para las chicas

Ya véis que hoy cambiamos radicalmente respecto al último día en el que una sencilla foto en blanco y negro protagonizaba Instantáneas de Fondo. Las imágenes de hoy son fruto de un experimento que tenía muchas ganas de hacer desde hace tiempo; combinar imágenes de fractales con flores. No, no soy un tipo tan original ni imaginativo como para que se me haya ocurrido a mí solito esta idea, de hecho la ví hacer en una ocasión y de ahí que haya querido reproducir la experiencia, al menos tampoco soy un mentiroso, reconozco la inspiración. La verdad es que cada una de las fotos de este rollo tienen su gracia, unas son más evocadores, otras tienen más fuerza visual...pero en cualquier caso todas son muy llamativas y chocantes. Estas dos fotos que hoy traigo por aquí son probablemente mis favoritas.

El truco es bien sencillo, hay que hacer dobles exposiciones, se puede hacer disparando dos veces sin pasar el carrete, o como lo hice yo, disparando el carrete entero, rebobinándolo y volviéndolo a cargar para dispararlo de nuevo. Así se consigue que los fotogramas no coincidan por completo, mezclándose a veces el inicio de una foto con el principio de otro. Quizás otro día intente hacerlo a la perfección, utilizando el modo de doble exposición de la cámara (de otra reflex, porque la Zenit 212k no lo tiene), pero esta vez le veía la gracia a que la cosa fuera lo más imperfecta posible. Eso sí, hay que tirar de paciencia, trípode, cable disparador (las velocidades para las fotos van desde el 1/16, pasando por el 1/8 hasta el modo Bulb) y aperturas entre f/8 y f/4 para encontrar le exposición adecuada.

Si tenéis ganas de ver el carrete entero podéis visitar mi home en Lomography, o ver directamente todas las fotos de ese carrete entrando al álbum concreto. Espero que os gusten.

martes, 11 de enero de 2011

Luz, al fin

Más de un mes de inactividad, me encantaría decir que he estado demasiado ocupado divirtiéndome como para emplear mi tiempo subiendo fotos o escribiendo sobre música, pero lo cierto es que ha sido un mes de cierto hastío vital. En fin, odio a la gente que se pone melodramática, qué más da el mes pasado, lo mejor será ocupar el tiempo presente...

Por cierto, los faros me encantan, arquitectónica y metafóricamente siempre me han atraido, de modo que no pierdo oportunidad de retratarlos cada vez que estoy cerca de uno de ellos. El de hoy es bien pequeño, pero me gusta igualmente por estar situado al final de un largo espigón que franquea una de las riberas de la desembocadura del río Duero. Desde él se puede contemplar Foz, la playa de Oporto, el río Duero y el Atlántico en toda su inmensidad. Lo he dicho muchas veces, pero lo repito, me encanta Portugal, sus ciudades, pueblos y gentes. Toca hacer una excursión en cuanto salga el sol. Feliz año, volvemos por aquí.