Hubo un tiempo en el que este era un blog en el que se hablaba tanto de fotografía como de mis experiencias en las carreras populares o andainas. Desafortunadamente un buen día haciendo cosas fuera de mi alcance con la bicicleta rompí el menisco de mi rodilla derecha. Desde entonces la fotografía se adueñó por completo de Instantáneas de Fondo y otra de mis pasiones, correr, cayó en el olvido.
Ha pasado casi un año y medio desde mi última media maratón, la XIV Volta á Ría de Betanzos y desde entonces las molestias no me han abandonado. Primero en la rodilla con el menisco roto y más tarde en la otra, por culpa de una tendinitis Pata de Ganso que surgió a consecuencia de querer proteger la rodilla operada, sobrecargando de trabajo la otra pierna.
Me encanta acudir a las carreras populares, pero los problemas con las rodillas me habían apartado de ellas hasta hace poco. Primero intenté, hace poco más de un mes, acudir a la Media Maratón de Pontevedra, pero una vez pagada la inscripción tuve que renunciar a participar, pero más tarde logré completar la Carreira Pedestre de Santiago de Compostela, la más popular de todas las carreras que se celebran en Galicia, fueron solo 12kms., pero me supieron a gloria, pudiendo correr de nuevo rodeado de miles de personas con mi misma afición, pero quedaba pendiente volver a los 21.097 metros...
Este fin de semana pasado se celebraba la XV edición de la Volta á Ría de Betanzos, precisamente la última media maratón que puede correr. Quizás fuera una señal que por problemas económicos la prueba se trasladara de Junio a Noviembre, un retraso necesario para que de nuevo me encontrara en la forma necesaria para afrontarla. Pero lo cierto es que sí, esta vez pese a todos mis miedos, con molestias (físicas o psicológicas, no sé) y todo me planté el día de la carrera dispuesto a volver a correr por Betanzos. Mi objetivo era modesto, tomarme la carrera como un entrenamiento de cara a mi pretendido debut en Maratón en Coruña, el próximo 15 de Abril, de modo que quería correr a un ritmo de 5'45"/km.
Tanto calenté las rodillas y todos aquellos músculos y articulaciones de las piernas que de poco llego tarde al incio de la prueba. Tras saludar a algunos conocidos, se da rápidamente la salida...a partir de aquí, el tiempo que pasó hasta que fui consciente de que iba a correr la carrera todo lo rápido que pudiera sin lesionarme fue breve. Quizás aguanté tres o cuatro kms. intentando ir lento, hasta que me di cuenta de que por mucho que lo intentara me dejaba llevar por los demás, corriendo a un ritmo de 5'15"/km. De modo que puestos en esa texitura decidí empezar a apretar y correr la carrera casi a tope. Los primeros diez kms. de contínuo sube y baja fueron adelantando constántemente a compañeros, ya que habiendo salido de manera muy conservadora al final del pelotón, ahora recuperaba terreno sin pausa. A partir del ecuador de la carrera me tropecé con el dorsal 212 que corría a mi ritmo, y así seguimos hasta el final, disfrutando del paso por el puente del Pedrido, con sus espectaculares vistas, las engañosas bajadas siempre sucedidas de cuestas del último tercio de carrera, los últimos kms. de descenso en el que mi compañero no paraba de dar ánimos a todos aquellos corredores a los que adelantábamos...y finalmente los dos kms. finales a los que, para no variar en esta carrera, llegué casi al límite. Suerte de ir acompañado, ya que me empeñé en seguir a mi compañero de carrera y sólo gracias a él no terminé hundiéndome en los últimos metros.
Al final un tiempo neto de 1h46'06", dos minutos y medio por debajo de mi última participación en la Media Maratón de Betanzos, como siempre de mitad para atrás de la clasificación, algo más que asumido y que no me importa, ya que a estas alturas sólo compito conmigo mismo. Pero lo mejor de la carrera no fue el tiempo, lo mejor de todo fue no terminar lesionado y dos días después seguir sin molestias (al menos sin más de las habituales) en mis rodillas, lo cual hace que ahora ya empiece a pensar que en quince días toca correr una nueva media, en este caso el Memorial Adolfo Ros, la Volta á Ría de Ferrol.
Ha pasado casi un año y medio desde mi última media maratón, la XIV Volta á Ría de Betanzos y desde entonces las molestias no me han abandonado. Primero en la rodilla con el menisco roto y más tarde en la otra, por culpa de una tendinitis Pata de Ganso que surgió a consecuencia de querer proteger la rodilla operada, sobrecargando de trabajo la otra pierna.
Me encanta acudir a las carreras populares, pero los problemas con las rodillas me habían apartado de ellas hasta hace poco. Primero intenté, hace poco más de un mes, acudir a la Media Maratón de Pontevedra, pero una vez pagada la inscripción tuve que renunciar a participar, pero más tarde logré completar la Carreira Pedestre de Santiago de Compostela, la más popular de todas las carreras que se celebran en Galicia, fueron solo 12kms., pero me supieron a gloria, pudiendo correr de nuevo rodeado de miles de personas con mi misma afición, pero quedaba pendiente volver a los 21.097 metros...
Este fin de semana pasado se celebraba la XV edición de la Volta á Ría de Betanzos, precisamente la última media maratón que puede correr. Quizás fuera una señal que por problemas económicos la prueba se trasladara de Junio a Noviembre, un retraso necesario para que de nuevo me encontrara en la forma necesaria para afrontarla. Pero lo cierto es que sí, esta vez pese a todos mis miedos, con molestias (físicas o psicológicas, no sé) y todo me planté el día de la carrera dispuesto a volver a correr por Betanzos. Mi objetivo era modesto, tomarme la carrera como un entrenamiento de cara a mi pretendido debut en Maratón en Coruña, el próximo 15 de Abril, de modo que quería correr a un ritmo de 5'45"/km.
Tanto calenté las rodillas y todos aquellos músculos y articulaciones de las piernas que de poco llego tarde al incio de la prueba. Tras saludar a algunos conocidos, se da rápidamente la salida...a partir de aquí, el tiempo que pasó hasta que fui consciente de que iba a correr la carrera todo lo rápido que pudiera sin lesionarme fue breve. Quizás aguanté tres o cuatro kms. intentando ir lento, hasta que me di cuenta de que por mucho que lo intentara me dejaba llevar por los demás, corriendo a un ritmo de 5'15"/km. De modo que puestos en esa texitura decidí empezar a apretar y correr la carrera casi a tope. Los primeros diez kms. de contínuo sube y baja fueron adelantando constántemente a compañeros, ya que habiendo salido de manera muy conservadora al final del pelotón, ahora recuperaba terreno sin pausa. A partir del ecuador de la carrera me tropecé con el dorsal 212 que corría a mi ritmo, y así seguimos hasta el final, disfrutando del paso por el puente del Pedrido, con sus espectaculares vistas, las engañosas bajadas siempre sucedidas de cuestas del último tercio de carrera, los últimos kms. de descenso en el que mi compañero no paraba de dar ánimos a todos aquellos corredores a los que adelantábamos...y finalmente los dos kms. finales a los que, para no variar en esta carrera, llegué casi al límite. Suerte de ir acompañado, ya que me empeñé en seguir a mi compañero de carrera y sólo gracias a él no terminé hundiéndome en los últimos metros.
Al final un tiempo neto de 1h46'06", dos minutos y medio por debajo de mi última participación en la Media Maratón de Betanzos, como siempre de mitad para atrás de la clasificación, algo más que asumido y que no me importa, ya que a estas alturas sólo compito conmigo mismo. Pero lo mejor de la carrera no fue el tiempo, lo mejor de todo fue no terminar lesionado y dos días después seguir sin molestias (al menos sin más de las habituales) en mis rodillas, lo cual hace que ahora ya empiece a pensar que en quince días toca correr una nueva media, en este caso el Memorial Adolfo Ros, la Volta á Ría de Ferrol.