martes, 27 de abril de 2010

III Andaina Bisbarra do Sar

Ubicación: Concellos de Padrón, Dodro y Rois
Sábado 24 de Abril de 2010
Distancia: 50 km. (20+30 km.)
Objetivo: Disfrutar del paisaje logrando llegar a meta

La tercera cita lúdico-deportiva del mes se presentaba complicada antes de su inicio, cinco días antes de su celebración recibía mis nueva Mizuno Wave Ascend 4, compradas para acudir a carreras de montaña y andainas. Ese mismo día las calcé para intentar hacerme con ellas, decantándome por un paseo de 20 km. por el camino hacia Fisterra para ir ablandándolas, desgraciadamente no conocía el recorrido y acabé caminando cerca de 15 km. por asfalto, lo que me dejó con problemas en las piernas durante toda la semana por culpa de la dureza del asfalto. Así es como llegué al día de celebración de la III Andaina Bisbarra do Sar, la que iba a ser mi primera andaina en Galicia, en realidad la primera andaina de mi vida, porque aunque soy muy aficionado al senderismo nunca había participado en este tipo de pruebas de caracter no competitivo para el 95% de sus participantes.

Aguardaba esta andaina con ilusión por varios motivos, el primero ya mencionado era el de mi debut, otras razones eran volver a patear el monte, algo que no había hecho desde mi llegada a Galicia, descubrir una zona que desde la carretera me parecía preciosa, estar rodeado de gente que comparte una misma afición....y todo ello con una organización que a buen seguro estaría a la altura, puesto que cada vez que he estado en Padrón las cosas han salido de sobresaliente. De este modo a las ocho de la mañana ya nos dirigíamos hacia este bonito pueblo cercano a Santiago de Compostela, la andaina iba a realizarla en compañía de un amigo canario, por lo que formábamos una de las parejas más exóticas de la prueba, un canario y un alicantino perdidos por los montes gallegos, en fin...llegamos con tiempo suficiente para acudir al control de firmas del primer anillo, 20 km. que a priori se antojaban los más complicados. Una vez pasado el trámite miramos al cielo para adivinar el tiempo que nos aguardaba, optando yo por unas mallas de running y las Wave Ascend 4 para ese día, en lugar del típico calzado y pantalón de senderismo. Calentamos un poco las piernas y nos dirigimos a la salida, donde cerca de cuatrocientos participantes aguardaban el momento de comenzar a caminar, pero antes tocaba escuchar las recomendaciones de seguridad (antes de empezar se nos había hecho entrega de un pequeño botiquín a cada participante, todo un detalle) de la organización y los saludos de los alcaldes de Padrón, Dodro y Rois. Después aviso de que queda un minuto para el inicio de la andaina y con puntualidad comenzamos a andar por un tramo neutralizado y sin señalizar que discurría por el bonito casco viejo de Padrón.

Nada más pasar por la linea de salida se avivó el paso mientras el sol comenzaba a cotrarrestar el fresco de la mañana, mi compañero Cristian y yo nos vemos sorprendidos ante el rápido avance de los andarines, pasando a situarnos pronto casi a la cola del pelotón. Toda precaución es poca, los dos andamos algo tocados, yo de los tobillos y Cristian había sufrido una triada, por lo que el asfalto inicial no es el terreno que más nos favorece. Así pues decidimos tomárnoslo con mucha tranquilidad y cuando nos acercamos al incio de la ascensión que marca el final del asfalto nos encontramos situados en las últimas posiciones de la andaina, tan sólo escoltados por los andarines escoba. A continuación pasamos por el Museo Rosalía de Castro, cuya visita queda pendiente para otro día, e iniciamos la ascensión hacia el Monte Meda, en cuya cúspide divisamos unas torres de comunicación, lugar de ubicación del segundo avituallamiento. La ascensión resulta suave pero constante, lo que favorece que encontrándonos en un terreno menos agresivo para nuestras piernas aceleremos el paso y empecemos a dejar gente atrás. Subiendo me encuentro más cómodo que en ningún otro terreno e incluso empiezo a trotar durante unos cientos de metros para alcanzar a mi compañero, que se había adelantado mientras yo realizaba una parada "técnica". Pronto llegamos al primer avituallamiento, donde tan sólo nos proveemos de un botellín de agua con la que saciar la sed que empezamos a sufrir a causa de la subida y el calor. La subida al Monte Meda transcurre tranquilamente en una sucesión de cuestas de distinta inclinación que nunca nos parecen duras, hasta que llegamos a un estupendo cortafuegos que nos conducirá hasta el km.12, el punto más alto de este primer anillo. Con el cortafuegos comienza la diversión, subiéndolo dando saltos como si fuéramos críos. Así llegamos arriba, parándonos cinco minutos para comer algo de fruta, reponer líquidos y hacer alguna que otra fotografía mientras disfrutamos del paisaje, los concellos cercanos y el Atlántico a lo lejos. No hubiera estado de más sentarnos un rato a disfrutar de todo aquello, pero quedan 38 km. por delante y hay que seguir, el comienzo del descenso se vuelve a realizar por asfalto, lo que hace que busquemos las cunetas para encontrar algo de hierba o gravilla que mitigue el impacto del suelo en nuestras piernas. Pasamos de nuevo a la tierra sucediéndose una serie de bajadas de cierta importancia que opto por afrontar corriendo, puesto que me encuentro mucho más cómodo que dejándome llevar andando, así volvemos a reconocer lugares cercanos al centro urbano de Padrón, cruzando por debajo de la AP-9 y la carretera nacional a la altura de Iria Flavia, lugar de ubicación de la Fundación Camilo José Cela. Aquí volvemos a darnos cuenta de la estupenda organización que guiará el transcurso de la prueba, estando presente protección civil para cortar el tráfico de la carretera a nuestro paso. El final del primer anillo transcurre junto al río Sar, volviendo al paseo presidido por las figuras de los dos hijos más ilustres de Padrón; Camilo José Cela y Rosalía de Castro, y llegando a meta cuando mi Forerruner 305 marcaba cerca de 20,70 km.


Para no caer en el olvido, nada más concluir el primer anillo procedimos a firmar el comienzo del segundo anillo de 30 km., dirigiéndonos después a comer algo antes de seguir andando. Lo de comer algo es un decir, porque aunque mi compañero de andaina apenas probó bocado reanudando la marcha de inmediato yo me lo tomé con más calma, engullendo tres deliciosos trozos de empanada, varios pequeños bocadillos, fruta, isotónica....en fin, todo un festín servido con diligencia por la organización de la andaina. Más tarde comencé el segundo anillo, compartiendo parte de la marcha con otro andarín que confundí (no fui el único) con el speaker de la carrera campo a través de Corgo-Corrubedo. Como iba retrasado respecto a mi compañero intenté empezar a trotar, pero mi estómago repleto desacosejó el atrevimiento, así que me limité a disfrutar de la andaina, pasando por delante de una aldea preciosa y algún que otro imponente pazo. Mientras, mi estómago ya había recobrado la normalidad, así que empecé a correr alcanzando pronto a Cristian. En este punto he de decir que, sin querer desmerecer la belleza del primer anillo, me quedo con la frescura de los bosques por la que discurrían los últimos 30 km. de la andaina, no tanto por los eucaliptos (que también) si no por muchos ejemplares autóctonos de carballos que empiezan a prepararse para la llegada de la primavera. Sin embargo lo mejor estaba por llegar, ya que después de parar por el avituallamiento del km. 28, donde volví a quedarme retrasado mientras comía sin parar, comenzaba una estupenda cuesta con el desnivel más alto encontrado hasta el momento. Discurriendo después el recorrido por pistas que invitaban a correr sin descanso, aunque el gemelo de mi pierna derecha empezaba ya a protestar, al igual que la rodilla de Cristian, que se resentía por el paso de los km. Aún así yo seguía encontrándome fresco, por lo que sobre el km. 32 decidí proseguir la marcha en solitario, dejando a Cristian caminando a su ritmo. Por una parte decisión acertada, porque desde este momento me divertí corriendo cada vez que el terreno invitaba a ello, pero por otra parte los km. empezaron a caer con mayor lentitud, haciéndose eterno el km.35, donde llegué a mirar mi Forerruner hasta en cinco ocasiones porque no creía que un km. pudiera hacerse tan largo. El recorrido en este punto era precioso, discurriendo junto a un río por un estrecho sendero mientras que la lluvia empezaba a caer en forma de lastimero orballo que obligaba a andar poniéndose y quitando el chubasquero constantemente, claro que algunos a tener del resplandeciente sol que brillaba al final del primer anillo habían optado por dejar su chubasquero en el coche, decisión que más tarde lamentarían.


En el km. 40 nos encontramos con el último avituallamiento, de nuevo algo de isotónica, fruta y agua. Una pausa que aproveché para intentar estirar mi gemelo derecho, comprobando que el problema se había extendido a la rodilla, empezando a estar tocado para andar. Viendo que mi compañero no llegaba decido seguir sólo hasta el final de la andaina. No sé si la organización lo decidió así, pero lo cierto es que al igual que en la anterior pausa, al avituallamiento se sucedía una fuerte subida, algo que nuestro estómago no acababa de agradecer, pero bueno, estaba claro que con tantos km. no todo iban a ser comodidades. La lluvia caía con decisión en este momento, haciéndose imprescindible protección para no acabar empapado hasta los huesos. Empiezo a compartir pequeños ratos con algunos andarines, una pareja mayor que le había cogido gusto a esto de salir al campo, apuntándose a las andainas, ella camina delante, él por detrás con la música de su móvil sonando constantemente. Otro chico que se había retirado el pasado año y que en esta ocasión se encontraba dispuesto a acabar a cualquier precio, parejas rotas por la distancia recorrida en el día.....llego en solitario al km. 47 y en una bajada algo técnica me doy cuenta de que ya soy incapaz de correr, la pierna derecha me lo impide, así que me resigno a andar en todo momento, cosa que hace que en las bajadas sufra más. De pronto paso por delante de un cementerio, supongo que el de Padrón, entendiendo que la andaina llegaba a su fin, pero todavía quedaba una última sorpresa en forma de traicioneras escaleras que si ya de por sí eran difíciles de bajar en mi estado, se transforman en una verdadera trampa por culpa de la lluvia. Resbalo una vez, una segunda en la que a punto estoy de caer, me asusto por la peligrosidad del tramo y decido tomarlo con calma, bajando los escalones de lado. A mitad del recorrido veo el aviso de escaleras muy peligrosas, pero para mí ya era demasiado tarde, menos mal que pude salvar las caídas. En caso de no haber estado mojados los escalones no hubiera habido problema, pero aquello era una verdadera trampa mortal, aviso por teléfono al compañero que viene por detrás y entro en Padrón, cruzo la última pasarela y cuando veo la meta empiezo a escuchar aplausos.....¡coño, me están aplaudiendo a mí! así que mientras me acerco a la mesa a certificar mi llegada empiezo a hacer el payaso echando a trotar en los últimos metros. He llegado, 50 km. (50,89 km. según el GPS) sufridos y disfrutados por igual, me dan mi diploma, la felicitación y unos regalos. Le doy la enhorabuena a la organización, no quepo en mí de contento, me he divertido durante nueve horas y media, a cada paso, a cada metro....


Terminada la andaina me dediqué a estirar mis doloridas piernas, pasando más tarde por la ducha, momento en el que recibo la llamada de Cristian, a un km. de cruzar la meta. Llega mal, su rodilla protesta por el esfuerzo al que ha sido sometida, pero también obtiene la recomensa de los aplausos que se dedican a los que rematan la prueba. Una vez aseados nos dirigimos de nuevo a meta, donde están instaladas unas carpas para terminar la jornada picoteando algo. Me bebo dos vasos de vino antes de ingerir sólido alguno, después atacamos de nuevo la empanada y algún bocadillo, a la espera de los escoba que están a punto de llegar y mientras la segunda remesa de callos termina de cocinarse. El buen humor impera en todo el mundo y comienza el sorteo de numerosos regalos. A mí nunca me toca nada, esta vez no hay excepción, aguanto un buen rato a ver si sale mi dorsal pero el 100 se empeña en no salir, así que mientras escuchamos cómo continúa el sorteo nos alejamos hacia nuestros coches para partir hacia casa, en mente ya está la andaina del próximo año.

Aunque ya lo he comentado a lo largo del post, destacar la afabilidad y la buena labor organizativa de la gente que montó la andaina. En cada lugar donde podía surgir la duda había una señal para seguir por buen camino, comimos y bebimos de sobra para cumplir con los km. de un recorrido que por momentos resultó precioso. Como he dicho, es mi primera andaina, pero dudo mucho que todas alcancen el nivel de la III Andaina Bisbarra do Sar.

martes, 20 de abril de 2010

El Umbracle

Por muchas que sean las veces que estoy en Valencia, nunca me cansaré de dar una vuelta por la Ciudad de las Artes y las Ciencias, me parece un conjunto arquitectónico brutal que engrandece la belleza de la ya de por sí bonita ciudad valenciana. La Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia es algo más que el Museo de las Ciencias, aunque todo el mundo identifique esta obra de Santiago Calatrava con la totalidad del complejo cultural. El realidad son cinco (por ahora) los elementos que componen este conjunto, con finalidades tan distintas como la de un gigante acuário (El Oceanográfico) o sobrecojedor escenario (Palacio de las Artes Reina Sofía. Con sejemante variedad es seguro que cada visitante acaba decantándose por ejegir uno de los edificios como favorito y aunque hay claros ganadores; el Museo de las Ciencias o el Palacio de las Artes por su arquitectura, el Oceanográfico por lo divertido para los más pequeños, rara es la ocasión en la que un visitante opte por El Umbracle como pieza fundamental del conjunto.

El Umbracle suele convertirse en el punto de inicio y final de toda visita a la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, quedando relegado a un segundo plano por cumplir con la función de ser el aparcamiento oficial del complejo. Ésto lleva a que muchos visitantes accedan directamente desde el lugar donde dejan su coche hasta la explanada de los lagos, olvidándose de una pieza fundamental como es el Umbracle. A mí siempre me ha llamado la atención el Umbracle, exteriormente sus ventanas o "ventosas" saludan al que pasa por su lado, mientras que bajo sus arcos interiores nos encontramos con una especie de terrario mediterraneo/tropical, siempre en permanente mutación, que resulta ideal para el paseo, haciéndonos parecer sus habitantes mientras deambulamos por sus avenidas. Eso por no hablar de su fantástica balconada, que nos ofrece la mejor visión de todos los edificios que podemos visitar.

Quizás el Umbracle sea el hermano pequeño y pobre de toda la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, pero lo cierto es que es un rincón que nadie debiera de perderse al llegar aquí. Empezamos con él una serie de fotografías tomadas durante nuestra última visita a este fantástico parque la pasada Semana Santa.

lunes, 19 de abril de 2010

IV Carreira Campo a Través de O Corgo (Lugar de Teira - Corrubedo)


Ubicación: Lugar de Teira - Corrubedo
Sábado 17 de Abril de 2010
Distancia: Aproximadamente 7.000 Mts.
Objetivo: No partirme la crisma

Llegado el segundo objetivo del mes estuve a punto de echarme atrás, por una parte el temor a sufrir un esguince en mi tobillo izquierdo, tan tendente a la inestabilidad, me tenía permanentente en duda, mientras que el hecho de tratarse de una carrera campo a través, terreno en el que nunca había participado, hacía que me asaltasen las dudas respecto a mi capacidad sobre la tierra. Pero lo cierto es que las opiniones vertidas sobre la carrera hacían presagiar una tarde repleta de diversión, así que libre de nervios al final decidí ser de la partida de salida en O Corgo.

Mis nuevas Mizuno Wave Ascend 4, compradas para esta carrera y para la próxima Andaina de Bisbarra Do Sar acababan de llegarme y todavía no estaban hechas a mí, por lo que decidí sacar de su caja unas viejas Nike Air Pegasus de hace unas temporadas, más que nada porque no tienen en la suela ningún canal donde puedan alojarse las piedras, problema que suelo tener con las Mizuno Wave Rider cada vez que corro por un parque. Provistos del material nos dirigimos hacia Teira-Corrubedo, una zona absolutamente desconocida para mí y que a partir de ahora se va a convertir en favorita para ir a la playa este verano. Llegamos temprano pero no lo suficiente, puesto que el aparcamiento disponible estaba prácticamente repleto, siendo de los últimos vehículos que tuvimos oportunidad de aparcar cerca de la linea de salida.

Nada más bajar del coche uno se da cuenta de que la carrera de O Corgo es distinta, aquí la gente no viene a por tiempos, se viene símplemente a disfrutar y todo el mundo anda relajado de un lado para otro. Cumplimos rápidamente con el trámite de recoger el dorsal y después hacer unos cuantos estiramientos empiezo a calentar por el circuito de la carrera hasta que me doy de bruces con un inmenso charco repleto de agua y barro, en este momento decido dar la vuelta y dejar el charco para más adelante, además tan sólo faltan cinco minutos para la salida y toca ir situándose. Consciente de que es mi primera vez campo a través y que lo principal es no fastidiarme el tobillo me sitúo a la cola del pelotón, dispuesto a disfrutar tranquilamente de la carrera sin molestar a nadie por culpa de mi torpeza sobre el terreno. Además tengo presente una recomendación para los que vamos a disfrutar, no a competir, tomárselo con calma durante los primeros kms. puesto que aunque la carrera es corta, no lo parecerá tanto. De pronto hago un mal gesto y aparece un dolor en mi pie derecho, Sonia me dice que pose para una foto pero ando de tan mal humor que debo de salir con una cara cara de enfado que tira para atrás. En fin, ahora estoy en la linea de salida y aunque me cueste unos días de descanso voy a correr.

Se da la salida y empezamos a ascender, primero suavemente, más tarde con decisión, aparece el gran charco y la gente empieza a dudar mientras que un simpático participantes empieza a pasar sobre el agua en reiteradas ocasiones, mojándose y salpicando a propósito a los compañeros de carrera. Bueno, estamos en una competición campo a través y hay que tener buen humor, así que si hay que mojarse no pasa nada, acelero y paso el charco para seguir con una cuesta que inesperadamente se empieza a venir hacia arriba con decisión. De pronto, aún no habiendo hecho más que empezar, me doy cuenta de que mi ritmo es algo superior al de la gente con la que he salido, además estoy acostumbrado a empezar a correr haciendo los primeros kms. cuesta arriba, así que durante casi los dos primeros kms. voy adelantando constantemente a los compañeros de carrera. Mientras tanto veo a una pareja parada, la chica se ha lesionado, lástima...sigo corriendo y nos introducimos en medio del bosque para correr entre los eucaliptos, sus hojas, raices sueltas, ramas caídas...y empiezo a pasarlo como cuando era crío y no hacía más que corretear en la pinada de Guardamar, me sonrío y miro el pulsómetro que marca 165 ppm. Comparto casi un km. con un corredor más veterano que yo, cuando toca bajar él me adelanta, cuando subimos yo lo supero. Luego llegamos una zona señalizada como peligrosa y me noto retenido por mi compañero, así que lo adelanto definitivamente en un falso llano. Se supone que la parte más dura de la carrera ya ha quedado atrás, también la más bonita y lenta, el primer km. lo he hecho en seis minutos, luego los tiempos ya van bajando, aunque muy lejanos de los que hago en asfalto, tampoco voy a tope. Vamos casi en llano y los últimos del pelotón que me precede son inalcanzables, el ritmo es el mismo para todos, volvemos a bajar con fuerza, pasamos una zona adoquinada y creo que de nuevo una zona marcada como peligrosa, plantándonos de inmediato en las primeras dunas de la playa. Un minuto más y ya estamos metidos en faena, corriendo entre la arena blanda de la playa que, dicho sea de paso, es mucho más blanda que la de Alicante. La gente se ve asfixiada pero yo me noto bien por haber dosificado muchísimo las fuerzas, no me paro en ningún momento y correteo contento sobre la arena hasta que decido probar cómo de dura está la arena húmeda, me meto en una zona bañada por una ola y hundo por completo las zapatillas, de poco no salgo...retomo la arena seca y por fin llegamos al ascenso de las dunas creyendo que todo ha acabado, pero aún queda un buen trozo de arena. A partir de aquí el terreno va haciéndose más firme y nos dirigimos en suave ascenso a meta, nada más salir de la playa he ido adelantando a corredores constantemente y ahora todavía me veo fresco y queda poco más de un km. para llegar a meta, empiezo a apretar, nada de sprint, sino incrementando el ritmo hasta ponerme fuerte, adelanto a uno, a dos, a tres, a cuatro....¡a cinco corredores! que estaban lejos de mí en el último km. Soy un campeón, no hay duda, el campeón de los prudentes, pero con esa sensación que a buen seguro tienen los corredores de verdad cuando ganan un sprint. Claro que ellos al llegar a meta no escuchan su Forerruner diciéndole que el último km. has sido malo, que has pasado de largo las pulsaciones que te tiene recomendado...


Después del cachondeo (que llevo yo sólo y del que nadie se entera, ya que sigo sin conocer a nadie) de ver cómo soy capaz de adelantar a algún corredor termino la carrera tan contento, satisfecho porque me lo he pasado en grande corriendo por el bosque, la hierba, el barro y hasta la arena de la playa. Supongo que si no me hubiera puesto tan atrás en la salida hubiera quedado más o menos por mitad de la clasificación, pero qué demonios me importa a mí la posición, nunca voy a lograr sacar un puesto más allá de la mitad de la tabla. Pero eso sí, divertirme me he divertido como el que más.

Para finalizar destacar la estupenda organización del evento, nada más llegar nos anotan los dorsales, nos dan agua, bebida isotónica, fruta, bizcocho y hasta una empanada deliciosa. Esta vez me quedé a la entrega de premios y al sorteo de regalos posterior, como siempre no me tocó, no sé para qué me quedo, no lo vuelvo a hacer, nunca me llevo nada :-)

viernes, 16 de abril de 2010

Silencio, Luces y Sombras

He de decir que no soy muy aficionado a las procesiones, no puedo remediarlo, me aburren por mucho boato que lleven tras de sí, como espectador prefiero otras muchas actividades. Sin embargo en Semana Santa lo lógico o al menos la costumbre instaurada a partir de este año (ya véis lo poco que se necesita para crear una costumbre) es la de ir a mi pueblo a estar con la familia, cosa que por otra parte es lo que apetece. El problema es que al final termino viendo todas las procesiones, o al menos me asomo al balcón de casa de mis padres a ver cuándo se acerca cada uno de los santos. De pequeño salía en uno de ellos y aunque de mayor es algo que no me apetecería hacer, guardo el recuerdo de los buenos momentos pasados vestido de capuchino. Sin embargo sí hay una procesión que me resulta curioso ver, la del Silencio que se organiza Jueves Santo de madrugada. Resulta impactante ver cómo se acerca el Cristo del Silencio mientras todas las calles del pueblo por dónde pasa se encuentran carentes de iluminación.

Este año llevaba la cámara encima y después de ver pasar la procesión por debajo de casa nos acercamos a la puerta de la iglesia para ver cómo metían al Cristo en la iglesia, momento que aproveché para echar unas cuantas fotos con la LC-A. Las imágenes, como era de esperar utilizando por la noche un carrete con una sensibilidad ASA 50 no son nada del otro mundo, pero los juegos de luces y sombras de la imagen sobre la fachada de la iglesia me encantan. ¿De dónde habrá salido esa mancha de color que aparece detrás de la sobra de las piernas de la imagen en la primera foto? resulta muy curioso, aunque creo que mi favorita es la segunda de las fotografías, por lo sobrecojedor de las sombras...

jueves, 15 de abril de 2010

Jugando con Arena


Los niños son fantásticos, no hay nada mejor para retratar que un niño, hace exáctamente lo que le viene en gana y difícilmente saldrá una mala foto (al menos siempre será simpática) protagonizada por un enano. Desafortunadamente en la actualidad hay mucho malnacido suelto y ya no resulta tan sencillo hacer fotos de niños, normalmente me abstengo de fotografiarlos, pero cuando no puedo resistirme siempre pido antes permiso a los padres. Aquí no suele haber problema en que te den el visto bueno, pero el verano pasado me topé con alguna que otra negativa en Reino Unido, y finalmente no hice ni una sola foto de los críos que pululaban vestidos con camisetas de grupos y chapas en el festival Indietracks. Como he dicho antes, lo entiendo perfectamente y en estos casos supongo que siempre es mejor prevenir.

Esta foto de la valenciana playa de La Malvarrosa me encanta, estuvimos comiendo en uno de los restaurantes que dan al paseo marítimo y al terminar dimos unos pasos por los alrededores. La temperatura era ideal pero el tiempo impedía que la gente se tumbara al sol, por supuesto estas reglas no están hechas para los críos y allí, en medio de la playa solitaria me encontré con una niña jugando en la arena. Poco le importaba el viento o que no hubiera nadie a decenas de metros, ella seguía absorta en sus juegos. El sol era tremendo y el carrete de diapo(Velvia 50) ha sacado unos colores intensísimos, haciendo que la niña casi parezca una serie de manchas en la arena. Pero lo mejor es el viñeteado, con un efecto túnel que no había logrado hasta ahora a plena luz del día, será cuestión de seguir probando con ese carrete....

miércoles, 14 de abril de 2010

XI Medio Maratón Gran Bahía. VIG-BAY 2010



Ubicación: Concellos de Vigo (Samil), Nigrán y Bayona.
Domingo 11 de Abril 2010
Distancia: 21,097 km.
Objetivo realista: 1:48:00 (1:45:00 en sueños)

Por fin había llegado el día, después de dos años desde que tuve que renunciar a correr medias maratones por culpa de la hipertensión arterial diagnosticada días antes de una prueba, volvía a tener frente a mí la posibilidad de correr los 21 km. Además iba a ser mi debut en la distancia aquí en Galicia, por no hablar de que lo haria en la VIG-BAY, probablemente la más célebre y popular media maratón de toda la comunidad gallega. La VIG-BAY, para los de fuera, es una maratón que se celebra entre la viguesa playa de Samil y la turística localidad de Bayona, pasando antes por Nigrán, localidad intermedia entre ambas. El recorrido se antoja espectacular, con las Islas Cíes y toda la bahía de Vigo ante nosotros, una verdadera gozada poder disfrutar de semejantes vistas mientras se corre, lo que hace que la cifra de asistentes a esta carrera no deje de aumentar día a día, superando la cifra de 3.500 corredores inscritos en la presente edición 2010 de la carrera.

Mi particular VIG-BAY comenzaba el día antes de la carrera, un sábado estupendo que aprovechamos para ir a recoger mi dorsal para la carrera. El no conocer la carrera ni la zona me tenía algo nervioso y quería evitar las prisas de última hora, de modo que a la hora de comer nos plantábamos en Samil para recoger nuestro numerito para la carrera, además de una preciosa camiseta técnica obsequio para los participantes y toda la información de la carrera. Nada más entrar al museo Verbum me di cuenta de la buena organización de la carrera, cada corredor tenía su bolsa identificada con una camiseta de su talla en el interior, siendo esta bolsa la que luego emplearíamos para el guardarropa, a priori todo parecía marchar de maravilla, así que nos fuimos a comer y la tarde la dedicamos a visitar Bayona, donde la linea de meta ya estaba acotada.

El domingo me levanté temprano después de no haber dormido muy bien, pero como no me pillaba de sorpresa procedí a desayunar tranquilamente y disponerme a recorrer la hora de viaje que separa Samil de Santiago. Llego a la playa de Samil y aquí considero que comienza mi carrera, pero antes pensaba participar en la foto del foro Correr en Galicia, lástima que llegase tarde y tuviera que aparcar lejos del lugar de la quedada, lo que me obligó a no hacer acto de aparición para tomarme la preparación de la carrera con calma. Quedaban 45 minutos para el inicio de la prueba, tiempo que aproveché para dejar mi bolsa en el guardarropa, cambiarme y calentar a lo largo de los parques que rodean el paseo marítimo de Samil.

Después del ritual habitual previo a la carrera cada corredor se situó en su cajón de salida (muchos ubicándose donde no les correspondía, algo que no sirve más que para molestar a corredores más rápidos) y a las 10:30 horas dió comienzo la carrera. Bueno, la mía unos dos minutos después, que fue el tiempo que tardé en cruzar la linea de salida, a partir de este momento los nervios desaparecen y empiezas a observar a tus compañeros de carrera y el recorrido. Los primeros cuatro kms. son de trámite sobre una superfie completamente plana, nada más empezar la carrera observo a un par de corredores pertenecientes al foro de Correr en Galicia, los reconozco por sus nicks escritos en la espalda de sus camisetas y al darme cuenta de que pretenden llevar el mismo ritmo que yo me pego a ellos sin dejar muchos metros de distancia. Mi Forerunner 305 marca el paso por el km.3 y voy comodísimo a un ritmo de 4'55"/km., lo único que me fastidia es el persistente sol que parece quemar la piel y la sorpresa de comprobar que ya voy a 160ppm, cuando lo lógico sería ir quince pulsaciones por debajo. Lo dejo correr, intento relajarme pero los nervios que han aumentado las pulsaciones no son los de la carrera, si no los de días anteriores, de modo que sigo al mismo ritmo. En el Km.4 la carretera comienza a ascender y en el segundo repecho importante, a partir del km.7,5 veo que los dos corredores que había tomado como referencia aflojan el paso, dudo pero me decido a adelantarlos al encontrarme bien. Así paso más allá del km.9 donde termina la ascensión, llego al avituallamiento y acudo al agua con ansia, cosa rara en mí, que suelo hacer los rodajes largos sin beber una gota.

La primera parte de la carrera había concluido aguantando un ritmo de 5'00/km. durante toda la subida, el problema es que las pulsaciones llegaban a 175 al concluir el ascenso y aunque mi cuerpo se sentía cómodo yo sabía que no iba a poder aguantar ese ritmo, el calor estaba haciendo mella en mí y por lo que observaba alrededor, en casi todos los participantes en la carrera. A partir de ese momento empecé a sospechar que iba a pasarlo mal, sospecha confirmada al comprobar que lo que se me antojaba un suave descenso no era tal, si no una sucesión de suaves subidas y bajadas que no dejaban recuperar con el tremendo calor existente. En el km.12 mi ritmo se va a 5'20", cojo esponjas para refrescarme, paso por debajo de una ducha, llego al km. 15 y me bebo una botella entera de agua, pero nada mejora. De pronto veo Bayona, pero está todavía a seis kms. y a estas alturas eso es una eternidad, utilizo la bajada a Playa America para soltar las piernas y pasar por una nueva ducha que encontramos en el camino, los tiempos se siguen disparando, ahora 5'25" cada km. recorrido, y lo que es peor, empiezo a pasarlo realmente mal. Aunque lo peor no es eso, lo peor es escuchar cómo empieza a oirse el sonido de las ambulancias y me encuentro con un buen número de corredores tumbados en el suelo, desmayados, reventados y vencidos por el calor, no por los kms., otros han sido más prudentes o han tenido más suerte y han echado a andar. Sigo corriendo asustado, pensando que el próximo en marearse e ir al suelo puedo ser yo, Bayona está ahí, pero casi prefiero no mirarla, aparecen unas animadoras con pompones y todo, tampoco las miro, tan sólo miro al Fore que no deja de anunciar que he sobrepasado el nivel de pulsaciones al que creo oportuno y prudente correr. Por fin llego al km.20 y tomo una nueva botella de agua, no llega a nada, bebo la mitad y la otra mitad la echo sobre mis piernas mientras compruebo que me he ido a 5'40" en el último km., no puedo más pero sigo corriendo, sólo queda un km. para llegar a meta, luego 500 metros, pero esos últimos metros se me atraviesan y se hacen eternos, estoy tan atontado que hasta levanto un poco los brazos al entrar en meta (video). Celebro haber llegado, el tiempo me da igual, paro de correr y se me nubla la vista por momentos, cojo un agua pero se me cae al suelo, menos mal que la organización es de diez y me vuelven a dar otra botella al instante. En dos minutos todo vuelve a su cauce, sigo algo atontado pero ya me he recuperado lo suficiente para acudir a por un par de yogures, el aquarius, fruta...hay de todo, y la verdad es que mi cuerpo lo pide. Después de todo se me ocurre mirar el tiempo, más de siete minutos por encima de mis previsiones, cinco por encima de las más modestas, tiempo neto 1:52:27, casi la mitad pasándolo mal y la última media hora sufriendo como no recordaba, todo por culpa del calor que nos ha vencido después de estar entrenando meses con frío y lluvia. Ahora sólo queda montarse en el autobús de la organización y regresar a Samil mientras comentamos la carrera con desconocidos que han pateado los mismos metros que nosotros.


Días después, en realidad minutos después de terminar la carrera me doy cuenta de lo que todos hicimos mal. Salimos al ritmo al que nos sentíamos cómodos sin tener en cuenta el calor, haciendo una buena primera mitad de carrera, pero esto luego nos pasó factura. Se escuchaba por los altavoces la recomendación de dosificar, en realidad yo pensaba que iba dosificando las fuerzas, pero el error era que con las condiciones ambientales del día, las fuerzas eran menos de las esperadas. El año que viene habrá que ir con más cuidado.

viernes, 9 de abril de 2010

Atardecer en el Hondo


La pasada semana volvíamos de Alicante coincidiendo con el momento del atardecer, antes de llegar al pueblo me desvié por la carretera del Hondo, un paraje natural, un humedal, que linda con mi pueblo y que conozco bien por haber recorrido en bicicleta cuando era niño. Llevaba cargada la cámara con un carrete de diapositivas Fuji Velvia 50 que combinado con la cutre Lomo LC-A suele dar un viñeteado muy chulo. Paré el coche en dos ocasiones y tiré unas pocas fotos contra el atardecer para ver el desastre que salía...y acerté, consiguiendo un viñeteado que me encanta. En la primera foto ha desaparecido la carretera y el coche que se nos acercaba, sucumbiendo a la oscuridad, mientras que la segunda la tiré a través de unas hierbas que había junto al camino donde aparqué...

jueves, 8 de abril de 2010

El Fin del Picnic


En Santiago parece que la gente se ha vuelto loca con la Primavera, es sorprendente ver cómo las chicas empiezan a enseñar sus hombros, los escotes se vuelven infinitos y las faldas se acortan. Todo esto para gran deleite de los hombres, para los que cualquier paseo urbano se convierte en un placer para la vista, claro está. Sin embargo yo veo algo apresurada tanta rapidez en deshacerse de la ropa y sigo saliendo a la calle bien abrigado, a sabiendas de que el día menos pensado el sol volverá a ocultarse, cubierto por esas nubes que tanta lluvia han traido a la ciudad este Invierno. Esto es un espejismo, no más.

Pero hasta que llegue ese día, me uno a toda esa gente que se ha decidido a inundar las calles y parques de la ciudad. Cada uno tiene sus rincones favoritos, y en cuanto a parques mi preferido es el de Santo Domingo de Bonaval, que ya apareció aquí en una ocasión. Sin embargo entonces no enseñé lo más característico de este parque donde muchos compostelanos acuden a tomar el sol. Bonaval, o al menos parte de él, es un antiguo cementerio cuyos residentes fueron trasladados hace tiempo y para fortuna de los habitantes de la ciudad se decidió no demoler el camposanto. Todo esto hace que uno pueda tomar el sol rodeado de nichos vacíos o, como es el caso, tomar un picnic una tarde de primavera. En la foto aparece toda la explanada de nichos (sobre los cuales andaba yo descansando) y observamos a una chica que tras dar buena cuenta de su merienda sobre un mantel de cuadros, ha recogido sus enseres y se aleja de nosotros. Me encanta el verde de la hierba, y esa sombra que poco a poco va adueñándose de todo, pero claro, falta lo principal, los ladridos de los perros y los gritos de los niños que le han robado la paz a este antiguo cementerio....

miércoles, 7 de abril de 2010

Objetivos para Abril

Como siempre, todo acaba, las vacaciones también, y ahora sólo queda el recuerdo de visitar por enésima vez la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, estar con la familia, debutar sobre una piragüa de manera más bien discreta y zizagueante, visitar a algún que otro amigo....en fin, lo habitual en estas fechas. Curiosamente Instantáneas de Fondo apareció en conversación con uno de mis mejores amigos, compañero de salidas al monte y mil cosas más. Este buen hombre (es un decir, porque es tan puñetero o más que yo, lo cual es bastante) tiene el defecto de ser sincero, entiéndaseme, no lo hace a propósito, cuando algo no le gusta tiene la suficiente inteligencia para mantenerse callado, pero como yo no me contento con eso, y además más o menos le conozco, me aventuré a buscar su opinión sobre este blog personal que he inciado recientemente. Bien, la verdad es que no encontré nada que no pudiera adivinar por mí mismo, los posteos con alguna foto no le desagradan, pero cuando hablo del material que utilizo para correr me "acusa" de "no aportar nada", cosa que no le negaré puesto que tan sólo doy mi opinión sobre las cosas, sin profundizar en exceso. Pero bueno, todo esto lo escribo porque el bueno (es un decir, de nuevo) de mi amigo se sinceró también a la hora de comentar su opinión sobre los posteos (uno hasta ahora) sobre las carreras a las que asisto como corredor popular. Según él soy un "pringadillo" (término que asumo con orgullo) que anda en la medianía del pelotón de una carrera, en realidad es generoso porque rara vez llego en mitad de la clasificación, siempre lo hago un poco más atrás. Y claro, dadas mis escasas condiciones atleticas no entiende cómo se me ocurre comentar una carrera en la que el 60% de los participantes han llegado antes que yo a meta, si hubiera quedado entre los diez primeros aún, pero siendo un corredor popular más no ve el interés que cualquier visitante de Instantáneas de Fondo puede tener en las carreras a las que acudo.

La verdad es que asumo el razonamiento de mi amigo, cuando hablo sobre una carrera lo hago como si me fuera la vida (o cualquier cosa de valor) en ella, pero la verdad es que en toda carrera a la que voy tan solo está en juego mi capacidad para divertirme, algún que otro segundo que restar al cronómetro (uno tiene su orgullo, además de unos cuantos años, y correr más rápido que el día anterior siempre es una satisfacción), y la experiencia de patear el asfalto junto a cientos o miles de personas que comparten mi afición. Además, narrar todo eso aquí cumple un motivo personal bastante importante, la de tener un recuerdo de cada carrera, lo cual justifica el tiempo que pierdo frente al teclado, que tampoco es mucho.

Dicho esto....voy a mantener mi costumbre (bastantes disgustos me ha dado) de no hacer caso a la opinión de los demás (se me había olvidado comentar que mi novia opina igual que mi amigo) cuando algo se me mete en la cabeza, y seguiré relatando por aquí aquellos acontecimientos deportivos a los que acuda a "hacer bulto" e intentar cumplir mis modestos objetivos. Así pues, ahí van las pruebas y objetivos para este mes:

- Domingo 11 de Abril. Vig-Bay (Media Maratón Vigo-Nigrán-Bayona). Es la primera media maratón que voy a correr en Galicia, y en realidad la primera media maratón que corro desde que me diagnosticaron la hipertensión y empecé a volverme loco tomando pastillas que no daban resultado, o peor aún, me inhabilitaban para correr. Ahora la tensión está bajo control y he vuelto a correr como antes (bueno, vigilando no pasarme), todo el mundo habla maravillas de esta carrera y el recorrido parece ser que es precioso, con la vista de la ría de Vigo durante buena parte de la carrera. Los nueve primeros kms son en subida más o menos constante, y luego todo el llano o en ligera bajada hasta meta, ya veremos. Al ser la primera vez que voy a esta carrera y no conozco el perfil exacto de la carrera, voy a disfrutar de la carrera, intentando llegar por debajo de 1h 48min, si me encuentro muy bien, no hace viento y se me enciende alguna bombilla en la cabeza, tiraré a a bajar de 1h 45min, pero vamos, ni de coña :-)

- Sábado 17 de Abril. IV Carreira a Través Do Corgo-Corrubedo, Ribeira. Este mes voy en plan primerizo, es la primera vez que voy a una carrera fuera de asfalto, aunque mi mayor preocupación a priori es encontrar el pueblo donde se celebra. Esta carrera es de unos 7 km., lo cual parece poco, pero viendo la cuesta que aparece fotografiada en la pasada edición, y las caras de algunos corredores, puede que tenga que echar a andar en algún momento. La organización promete no pisar el asfalto ni un metro y un porcentaje elevadísimo de presencia de barro en la mayor parte del recorrido si la lluvia hace acto de presencia, supongo que donde no haya barro será porque corramos sobre la arena de la playa. El objetivo aquí es "virgencita virgencita que me quede como estoy" y no partirme la crisma, sin más, correr despacito mirando el paisaje y sobre todo el suelo, porque mis tobillos son de risa y los esguinces están a la orden del día.

- Sábado 24 de Abril. III Andaina Bisbarra do Sar, Padrón. La última actividad del mes sería la que más ilusión me haría, de no ser porque retomo el tema de los medios maratones. Una andaina es una prueba no competitiva de senderismo en la que los participantes van con dorsal. Vamos, que se trata de patear el monte unas cuantas horas, hay quién la hace corriendo/andando y quién sólo anda. A mí me tienta hacerla andando y corriendo al trote a ratos, perooooooo........son 50 kms. y creo que bastante haré con terminarla. El objetivo está claro, hay doce horas para andar los dos circuitos de 20+30 kms., el tiempo es más que sobrado, pero la cuestión es si los músculos resistirán o habrá que retirarse por algún problema antes del fin de la prueba, en fin, a ver si en diez horitas hemos andado todos esos kms. y conseguimos fotos bonitas del recorrido.