jueves, 8 de julio de 2010

El ataque del felino

¿Qué puedo decir? Tuve la suerte de contemplar la caza, puede ver cómo el felino se disponía para el ataque, y lo que en apariencia era uno de los seres más elegantes de la naturaleza de pronto se convirtió en un mortífero depredador. Los músculos se tensaron en una milésima de segundo, sus afilados colmillos asomaron, sus fauces acompañaban. Los cuartos anteriores recogidos, los posteriores en toda su extensión, aquel Mercedes de los 70 no tenía nada que hacer, el felino ya contaba más de cuarenta años a sus espaldas, la presa no tenía escapatoria, el desenlace fue rápido, la sangre volvió a correr en los dominos del Jaguar.

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