miércoles, 1 de diciembre de 2010

Mi parque favorito

No sé si lo he comentado en alguna ocasión, pero acostumbro a pasar un día a la semana en casa de los padres de mi novia. Un pequeño pueblo lucense de la Galicia interior que puede presumir de belleza gracias a la exuberancia de la naturaleza en su término municipal. Antes disfrutaba del monte gallego saliendo a correr o montar en bicicleta a primera hora de la mañana, pero ahora que sigo recuperándome de una lesión de rodilla, aprovecho para disfrutar haciendo fotos los domingos por la mañana. Lo cierto es que no faltan paisajes reseñables en este pequeño pueblo, pero normalmente siempre comienzo mi recorrido matinal por un paseo que fue construido aprovechando las riberas del río Narla a su paso por la localidad.

Desafortunadamente no suelo encontrarme con mucha gente transitando por este precioso parque, aunque el tiempo en invierno realmente tampoco ayuda a ello, una verdadera pena porque este parque realmente está hecho para disfrutar del paseo y las vistas. Cada visita que realizo suelo encontrarme con alguna sorpresa, ya sea animal o vegetal, eso por no hablar del juego que siempre da el agua. En no más de 700 mts. es posible encontrarse con tres saltos de agua, un molino, una pequeña central hidroeléctrica, diminutos islotes...todo un disfrute para la vista de alguien que, como yo, proviene de un sitio donde el agua no es tan abundante. Hoy nos detenemos en una pequeña roca aislada en medio del curso del río Narla, en la instantánea de hoy se entremezclan los colores del Otoño, los reflejos de la vegetación, una neblina matinal...es una foto que me encanta, lástima que llevase montado el Nikkor 55-200mm, me dio pereza montar el 18-70mm y decidí hacerlo de vuelta de mi paseo para obtener una escena más ámplia. Desafortunadamente cuando regresé a esta roca el sol ya lucía en todo su esplendor y la estampa otoñal ya no era la misma, por lo que opté por no tomar una nueva instantánea, pero bueno, tiempo habrá...

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