
Hasta ahora tan sólo tengo unas pocas cámaras lomográficas; LC-A, Actiosampler Flash y Holga. La Lubitel 166+ y la Horizón están en mente, pero la realidad es que suelo comprar más cámaras antiguas que nuevos modelos de Lomography, cada cámara (en realidad cada lente, que aquí es lo que importa) ofrece un resultado distinto y a mí lo que me gusta es hayan sido cámaras reconocidas en su día; Nikon FM2 (bueno, esta es una máquina muy seria, hace unas fotos estupendas gracias a los objetivos Nikkor que le monto), Zenit 212K, 112 y E, Olympus XA2 y XA3, Yashica MG-1, Minolta SRT101 (otra buena máquina de hace treinta años)...la cuestión es ver el resultado que cada una proporciona.
Hace ya más de un año me hice con una Olympus MJU II Zoom 170, la verdad es que la adquirí porque la serie MJU fue la sucesora de las estupendas XA, sólo que en este caso no hay lente Zuiko de por medio, supongo que de ahí el precio al que la conseguí, diez euros, cuando en su día (y no hace tanto de eso) fue una de las mejores compactas del mercado, con un super zoom de 170mm. Pero claro, el usuario medio se ha pasado al digital, y los lomógrafos menosprecian (yo el primero, aunque creo que estoy cambiando de opinión) este tipo de cámaras totalmente automáticas. La cuestión es que después de un año decidí a ponerle una pila a la MJU, cargué un carrete diapo Kodak Elitechrome y salí a probar la cámara. El resultado ha sido toda una sorpresa, el proceso cruzado junto con la gran calidad de la óptima (repito, sin ser una Zuiko) ha proporcionado un montón de instantáneas que me tienen encantado. Aquí dejo una muestra, un día de bruma, el sol cayendo, foto tirada a contraluz...me encanta el azul del cielo (que en realidad era totalmente gris), la niebla que intenta ocultar la Catedral de Santiago, el verde apagado de la hierba...lo dicho, lomografía por diez euros. No hay que hacerle ascos a ninguna cámara.