martes, 24 de abril de 2012

El chico del tambor

Sigo con la fotografía social, callejera...en fin, llamadlo como queráis, la cuestión es que es el tipo de fotografía que más practico últimamente y el que más me está gustando de un tiempo a esta parte. Y claro, como no podía ser de otra forma, en blanco y negro, ya que este tipo de fotografía parece que huya del color. En blanco y negro lo tengo (todo el mundo debiera) claro, lo analógico se lleva de calle a lo digital, ninguna cámara digital, por muchos miles de euros que pueda costar, logrará acercarse lo más mínimo al encanto de lo analógico. Con una simple Nikon FE2, un objetivo barato tipo Nikkor 50mm f1.8 en cualquiera de sus versiones, y la eterna Kodak Tri-X se obtiene una variedad de grises y un grano que aún en nuestros días está a años luz del resultado que se pueda obtener con cualquier maravilla digital. Cada herramienta para lo que es, y lo digital todavía no ha llegado a los niveles de lo analógico...aunque en algunos momentos se le acerque, para qué negarlo.

La foto de hoy está realizada con una Fuji X10, la compacta digital de gama alta que suelo llevar conmigo a todas partes. De acuerdo, no es analógica, y esta foto es en blanco y negro, pero hay que admitir que la pequeña Fuji ha hecho un gran trabajo. Me encanta la foto por el choque de actitudes entre los adultos y el niño, los adultos a lo suyo, tocando la pandereta y cantando, mientras que el niño, como buen niño que es, se muestra curioso frente al extraño que apunta con su cámara directo hacia él.

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