jueves, 7 de octubre de 2010

Pintura

Las cámaras panorámicas siempre me han llamado la atención, no sé por qué pero el hecho de poder hacer una foto que abarque 120º frente a nosotros me parece absolutamente fantástico, supongo que debido al hecho de que al ver una foto siempre hecho en falta algo que ha quedado fuera del alcance objetivo. El problema es que no soy rico, o más bien que no soy lo suficientemente rico como para cumplir todos mis deseos, que siendo aficionado a múltiples cosas, pues son muchos. Además no voy a engañar a nadie, la casa se ha llenado de cámaras fotográficas y creo que ha llegado el momento de no comprar más durante unos cuantos meses y dedicarme a utilizar todas las que tengo.

Mientras pasa ese tiempo (intuyo que bastante) y puedo darme el capricho de hacerme con una Horizon Kompakt o una Horizon Perfekt, decidí hacerme por poco más de cinco dólares con un "fake" de panorámica, la Vivitar PN2011. Una cámara de bajísima calidad y lente de plástico cuya característica principal es el poder hacer fotos normales y "panorámicas". Entrecomillo lo de panorámicas porque realmente la cámara no las hace, pero sí las simula, esto es, reduciendo el fotograma y cortándolo por arriba y por abajo, logrando de este modo la apariencia de una foto panorámica. La verdad es que es una cutrez, pero el truco el realmente divertido para cualquier amante de las "toy cameras" y al revelar los primeros carretes me he dado cuenta de que su lente es tan primitiva que cuando hay mucha luz el resultado se parece más a una pintura que a una fotografía, alqo que me encanta. Como muestra aquí una panorámica (es un decir) del puerto y pueblo de A Guarda, localidad conocida por desembocar el Miño en su término municipal y ser la última localidad costera gallega y española, fronteriza con Portugal.

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