
Afortunadamente la Zenit 212K con su objetivo Zenitar de 50mm suple por ahora la "imperiosa" necesidad que tengo de hacerme con una Nikon FM2 y unos cuantos objetivos para tan fantástica cámara. Pero bueno, mientras esperamos el momento de romper la hucha (que por otra parte no empecé a llenar) bien puedo conformarme con los resultados de mi cámara rusa que, por otra parte, no deja de reportarme alegrías. La foto que traemos hoy me gusta especialmente, nuestra flor protagonista se encontraba ya un poco de capa caida ante la llegada del inminente Otoño, y la luz no era la mejor, pero entre la óptica Zenitar y el proceso cruzado con un carrete Fuji Sensia 100 conseguí un colores absolutamente irreales que me encantan.
Llueve con fuerza en Santiago, pero la verdad es que no paro de pensar en ponerme el chubasquero y salir a buscar algún pequeño detalle que retratar...
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