sábado, 5 de febrero de 2011

Dos mejor que una, cuatro mejor que dos...

La verdad es que a la Nikon FM2 no le falta de nada, ya no es que sea una de las más fiables cámaras analógicas mecánicas jamás fabricadas, ni siquiera que los objetivos que se le puedan acoplar sean los fantásticos Nikkor (que de paso me sirven en la Reflex Digital, que también es Nikon), es que por tener detalles, hasta tiene una diminuta palanquita que te permite realizar dobles exposiciones con la mayor comodidad. Así que de vez en cuando hay que darle a la palanquita, para que no se oxide...

La historia de las Torres Hejduk, cuya imagen que hoy traemos aquí, es ciertamente sombría, no por la muerte de su creador, que es algo que entra dentro de lo posible siempre que hablamos de los seres humanos. Si no por las vueltas que estuvo dando el proyecto hasta que al final se decidió su emplazamiento en el complejo de la Ciudad de la Cultura. Originariamente ideadas para ser instaladas en el parque de Belvís, como parte de una exposición botánica (anda que no hace falta en Galicia un jardín botánico, me da igual en qué ciudad...), han terminado siendo subidas al Monte Gaiás, convirtiéndose en una de las imágenes más representativas de la Ciudad de la Cultura, ya que su emplazamiento mirando hacia el sur hace que sean una señal inconfundible del complejo cada vez que se echa un vistazo desde la ciudad. El uso que se les va a dar será bien distinto, la torre revestida de piedra albergará parte del sistema de calefacción del complejo, mientras que la que está revestida en vidrio terminará por convertirse en un mirador sobre la ciudad de Compostela.

El significado que se les atribuye es muy variado; representación abstracta de la catedral, iglesia sin cuerpo...lo cierto es que cuando las miro desde el ventanal del salón sólo acierto a pensar en dos chimeneas, como si a través de ella fuera a salir todo el calor que encierra el subsuelo de la Ciudad de la Cultura. Imaginación no me falta, obviamente.

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