martes, 23 de agosto de 2011

Sólo para valientes

En esta ocasión me pudo la prudencia, el recuerdo del descenso por esa carretera ocho años atrás pudo conmigo. Al llegar abajo, al faro, había unos cuantos coches aparcados y no tuve más opción que dar la vuelta en el último tramo de carretera, apenas quedaba un metro entre el morro de mi coche y el acantilado cuando lo situé perpenticular al sentido de circulación de la carretera. Las maniobras para dar la vuelta en tan exiguo espacio fueron muchas y supongo que el recuerdo de aquel día, con el coche al borde del precipicio, el temporal azotando el mar y la tierra...la cuestión es que en esta ocasión, cuando inicié el descenso hasta el faro de Punta Candieira, sentí algo así como vértigo y decidí dar marcha atrás hasta un descampado que hay a 800 metros del faro. Me eché atrás, lo admito, pero esta vez mi coche es más grande que años atrás y la carretera (donde no pueden cruzarse dos coches) cada vez me parecía más estrecha.

El Faro de Punta Candieira es un lugar que hay que visitar si se está cerca de Cedeira, al igual que hay que visitar el Faro de Cabo Ortegal cerca de Cariño, son lugares donde el mundo bien podría acabar, ambos impresionantes por igual, aunque la carretera que conduce a Punta Candieira hace a su faro algo especial. En la instantánea de hoy podemos ver la revirada bajada que conduce hasta el faro, si os fijáis bien, a la derecha de la última curva que se vislumbra con claridad hay unos pequeños puntos marrones, son caballos salvajes que pastan libremente por estos montes durante todo el año. Y al fondo, a la derecha de la imagen, comienzan a erguirse los acantilados de la Garita de Herbeira, los más altos de toda Europa. Un lugar mágico, también peligroso en un mal día, poco recomendable para conductores con vértigo, pero también un lugar inolvidable.

No hay comentarios: