
Lomography (o el movimiento lomográfico, que para el caso es lo mismo) tuvo su origen en el descubrimiento de las virtudes (o defectos convertidos en virtudes) de la pequeña lente Minitar 1 de 32mm y f/2.8 que equipaba la vetusta cámara rusa Lomo LC-A, ése y no otro es el germen de todo el movimiento lomográfico y siendo así huelga decir que si se tiene interés o curiosidad por la lomografía es la Lomo LC-A la cámara que hay que adquirir en primer lugar. Lomography, a sabiendas de que su LC-A es el buque insignia de la casa, se ha preocupado a lo largo de los años de ir modernizándola, lanzando sus actualizaciones LC-A+ (lente china) y LC-A+RL (con la original Minitar 1) que técnicamente aportan la posibilidad de dobles exposiciones, conector para disparador por cable...y pierden la posibilidad de control manual de la apertura del diafrágma. Eso desde el punto de vista técnico, pero desde el punto de vista estético se han visto LC-A+ con acabados blancos, dorados, con distintos tipos de cuero...en fin, un sinfin de versiones de lo más (caro, todo hay que decirlo) y coleccionable.
Hace unos días se presentaba una nueva edición de la Lomo LC-A+ Silver Lake, en esta ocasión tan sólo se trata de una renovación estética de la cámara, con un acabado cromado y en piel auténtica que a buen seguro llamará la atención a más de uno. El precio de este nuevo juguete, como capricho que es, alcanza los 379 euros y puede adquirirse directamente en la tienda online de Lomography.
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