viernes, 19 de marzo de 2010

El Rostro del Guardián

El pasado fin de semana pude volver a uno de mis sitios favoritos de Galicia, el Parque Ilustrado de Betanzos. Me encanta su historia, y por extensión la de sus responsables, los Hermanos García Naveira. Dos jóvenes que en los últimos años del S.XIX emigraron como tantos otros gallegos a Argentina, logrando hacer fortuna y regresando veinte años después a su tierra natal. Pero estos hermanos, a diferencia de la mayoría de esos emigrantes que volvieron ricos a su tierra para dedicarse a hacer ostentación del porvenir labrado, invirtieron gran parte de su fortuna en ayudar a la tierra que les había visto nacer, a Betanzos en este caso. La verdad es que resulta apabullante comprobar el gran legado dejado por los Hnos. García Naveira en su pueblo natal; asilos, sanatorios, escuelas...su generosidad no tenía límite, pero lo más llamativo de todo era su pasión, especialmente la de Juan, por la ilustración, el conocimiento, la cultura...lo que le animó a construir un inmenso parque ilustrado al que llamó El Pasatiempo, en casi 100.000 m2 Juan recreó (dando trabajo a cientos de vecinos) las maravillas del progreso y la técnica de un mundo moderno que así daba a conocer a gente que jamás saldría de su pueblo. Ahora resulta difícil imaginar lo que aquello pudo haber sido, apneas queda una décima parte de aquella fantástica obra, y lo cierto es que el ayuntamiento de Betanzos parece hacer bien poco por rescatar del olvido aquella maravilla, pero aún así su visita resulta absolutamente sobrecogedora. En lo más alto del parque, a la salida de una de sus grutas nos encontramos con un inmenso león que vigila, quizás protege, Betanzos. No sé si esta fue su ubicación original, pero parece que el inmenso felino sea el guardian de ese pueblo al que su creador tanto amó. Ojalá alguna vez se rescate en condiciones esta pequeña parte del gran legado de estos hombres avanzados a su tiempo.

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