miércoles, 10 de marzo de 2010

Cosas Que Nunca Cambian


No hace ni quince días me encontraba en Alicante visitando a la familia, en esos viajes me limito a emplear el tiempo en hacer de recadero. Me ocupo de comprar todo aquello que tenga que ver con lo técnológico, procuro que quede arreglada cualquier cosa que se haya podido romper, llevo a mi tía allá a donde mi hermano le da pereza llevarla, me intereso por la salud de todos...en fin, vida 100% familiar, tan sólo interrumpida por alguna cervecita como excusa para ver a los amigos, y las salidas a correr habituales.

Visitar Guardamar (en realidad Guardamar del Segura) es otra de esas cosas que no suelo dejar de hacer, han sido casi treinta años veraneando allí, pero veraneando de verdad, no de vacaciones. Es decir, todos los años pasaba cerca de tres meses en esa localidad cercana a mi pueblo, y recuerdo perfectamente los juegos de niño, las correrías en bici por su pinada, las aventuras adolescentes, y las innumerables juergas y desvaríos etílicos que protagonizaron muchísimos veranos. Ahora todo ha cambiado, los amigos de verano empezaron a adquirir compromisos; matrimonios, niños, personalidades que cambian, intereses distintos...y esa etapa de la vida se ha cerrado para siempre, aunque pocas cosas más agradables hay que reencontrarse con alguno de estos afables personajes...

Pero bueno, hay algo que siempre permanecerá inalterado, las ganas de visitar Guardamar cuando no está invadido por los turistas, para poder calzarme los patines o las zapatillas y pasar un par de horas rodando por toda su linea costera, por su pinada, su paseo marítimo, la zona de los chalets de toda la vida...como si el tiempo no hubiera pasado. En esta última ocasión tocó salir a rodar con un amigo, una hora y media en la que corrimos y charlamos sin parar. Ese día el mar estaba delicioso, en calma casi total, y nada más aparcar corrí a la playa a verlo, aprovechando para sacar la foto que encabeza el post de hoy. Hubo muchas más fotos de ese día en la playa de Guardamar, la que he puesto quizás sea la más normal de todas, pero no me la puedo quitar de la cabeza, quizás porque es una imagen que tengo grabada en la memoria desde que tengo uso de razón. La miro y todavía me veo chapoteando en el agua con mi gorra de cuadros y el flotador cisne que utilizaba cuando apenas sabía nadar, cuánto tiempo y cuantas cosas han pasado desde entonces...

No hay comentarios: