lunes, 23 de mayo de 2011

Flor sin pedigrí

Bien, sí, me consta, las flores no tienen pedigrí, pero me permito la licencia de calificar así a la protagonista del comentario de hoy por aquello de ser una flor cualquiera. No estamos hablando de las siempre evocadoras rosas, ni de los elegantes y coloridos tulipanes, ni siquiera del castizo clavel. Una flor corriente, nacida probablemente de lo que la mayoría no dudaríamos en llamar mala hierba, pero la primavera es así, los corriente puede tornarse extraordinario en cualquier momento, casi sin previo aviso.

Esta foto la tomé en Arévalo, localidad a medio camino entre Alicante y Santiago de Compostela, un alto en el camino para reponer fuerzas y continuar conduciendo los 1050km. que separan Dolores, mi pueblo, de Santiago de Compostela, mi lugar de residencia actual. Creo que la foto es una buena muestra del excelente trabajo que realiza el Nikkor 28-105mm f/3.5-4.5 D IF, un objetivo ya veterano, mucho menos avanzado que los actuales Nikkor, pero que montado sobre la Nikon FM2 (incuso sobre la reflex digital) ofrece una calidad que pocos otros objetivos de su rango y precio pueden igualar. Además se da la circunstancia de que este Nikkor 28-105mm posee una más que aprovechable función macro (1:2), lo cual hace que en muchas ocasiones no eche en falta el Nikkor 55mm Micro, ya que con este objetivo puedes salvar la mayoría de las situaciones. En la foto de hoy sus posibilidades macro apenas son aprovechadas, pero sí se intuyen. Sin duda una de las mejores compras que he hecho para la FM2.

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