
Bueno, ahora ya ha quedado clara mi opinión sobre los gatos. Si los alimento, al menos quiero quiero que presten atención y sepa quién manda en casa. En una casa con gato, el dueño y señor es el minino, que no os quepa la menor duda...así que en casa no entrará nunca uno de estos engreidos.
Sin embargo, en honor a la verdad, hay que decir que contemplar un gato siempre tiene algo de hipnótico. Son tan precisos en sus movimientos, tan elegantes, ya puede ser un felino de alta arcunia o un ramplón gato callejero, si te fijas en sus movimientos, en sus poses, nunca te cansarás de observarlo. Y claro, si vas cargado con tu cámara, la oportunidad para sacar alguna instantánea está puesta en bandeja. Esta pasada semana estuve unos días en Alicante, visitando a la familia, y en los pocos ratos en los que me ausenté de mi pueblo aproveché para escaparme a Guardamar, el pueblo donde pasé cerca de treinta estupendos veranos. Allí desemboca (es un decir, porque agua poca lleva) el Río Segura y en la bocana del río se ha aprovechado para hacer una serie de espigones y un puerto deportivo. Allí me encontré con los amigos que hoy traigo por aquí, además justo en el mejor momento, cuando la tarde ya estaba próxima a convertirse en noche. Los mininos acababan de dar buena cuenta de un pescado obsequio de alguien que se entretenía con su caña de pescar y después del festín decidieron sentarse a ver la puesta de sol. Lástima que llevara prisa, tan sólo puede hacerles ocho o nueve fotos, pero bien podría haber gastado un carrete entero, lo merecían.
2 comentarios:
me se de una que te va a agradecer las fotos pero te va a matar por los comentarios :-)
alex
Bah, no es para tanto, me apetecía una ración de jocosa sinceridad :-)
Saludos,
Manuel Soleado
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