La pasada semana en Santiago se celebraron las fiestas de la Ascensión, la verdad es que no tenía ni idea de que fuera una fiesta popular, y de hecho no lo es fuera de Santiago, pero aquí se celebra por todo lo alto, con conciertos en la calle, como el que nos ofreció la Banda Municipal de Música de la ciudad a mediodía, mercadillos, y hasta feria para los niños...y no tan niños, porque yo esperaba esta fiesta tan sólo para poder disfrutar de la Noria que instalan todos los años en lo alto de La Alameda (Carballeira de Santa Susana).
Es curioso, con los años, y pese a practicar senderismo, algo que obliga a pasar por sitios difíciles en lo alto de una montaña, he desarrollado vértigo, claro que éste siempre es urbano y con una excepción, nada puede impedir que me suba a una noria, porque allí no siento vértigo y lo sigo pasando como un verdadero enano. La noria de este año se anunciaba como la atracción ambulante más alta de España, la verdad es que no defraudó, pero yo siempre preferiré esas cutre norias de toda la vida en las que no estás enjaulado, más peligrosas sin duda, pero más auténticas.
Ahora hasta el año que viene, o hasta que vuelva a entrar en otra feria, donde siempre me detendré ante las carreras de camellos y la noria. Por supuesto no desaproveché la oportunidad para hacer un buen número de fotos a mi amiga, aquí os dejo una cuando ya caía la noche (que aquí en Santiago ahora sucede a partir de las 22:30 horas).
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