
Lo que siempre me ha llamado de este sitio ha sido el contraste de colores, en un día en calma el azul profundo del océano se entremezcla con los verdes y marrones de vegetación y rocas de la costa. La verdad es que arquitectónicamente no tiene nada de especial, llegar hasta este punto en coche me parece una verdadera pérdida de tiempo, sin embargo a pie todo cobra sentido, el viaje, esos trece kms. que separan Camariñas del Cementerio de los Ingleses, te transportan a otro mundo. La Costa da Morte es espectacular, lo es en un plácido día de invierno y más aún en un día de temporal, en el que el miedo a ser arrastrado por las ráfagas de viento hacia el Atlántico siempre está presente. En los próximos días veremos alguna instantánea más de esta espectacular ruta senderista.
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