lunes, 28 de marzo de 2011

Problemas de edad

Es lo que tiene hacerse viejo, algunos órganos, algunos componentes, dejan de funcionar como antaño. Algo así es lo que le pasó a la Minolta SRT-101 que he heredado de mi padre. Los recuerdos de mi niñez se agolpaban en mi mente cada vez que sostenía entre mis manos la vieja reflex de la familia. Pero la pobre, pese a no haber sido maltratada, acusaba el paso de los años, mi padre hacía décadas la había olvidado y la cámara yacía en su funda sin una mísera tapa que protegiera su estupendo objetivo Rokkor 50mm f/1.7

Por fin decidí hacerme con la cámara, casi no tuve que pedir permiso para quedármela, soy el único que ha heredado la afición por la fotografía y pronto tuve la SRT-101 conmigo. A partir de ahí una labor del limpieza y ajuste, poca cosa, la verdad, y como el primer día. Es lo que tienen estas viejas reflex mecánicas, son indestructibles. Sin embargo no podría decir lo mismo de la batería que hacía funcionar el fotómetro de la cámara, la típica pila de mercurio tiempo atrás prohibidas, cuya carga era más que dudosa. No pude esperar, a pesar de haber pedido una batería nueva tuve que poner un carrete (Elitechrome 100, diapo) en la cámara para hacer mis primeras fotos, fiándome un poco de mi buen ojo para calcular la luz...ni que decir tiene que erré en muchísimas ocasiones. Así que aquel primer carrete muestra alguna que otra foto con colores absolutamente incongruentes, como la primera que utilizo aquí, donde el cielo muestra un azul entre celeste y lapislázuli absolutamente irreal. Aún así el experimento tuvo su gracia, ahora la cámara lleva una batería nueva y un carrete a medio usar, estoy deseando ver el resultado con el fotómetro perfectamente ajustado...

1 comentario:

Enrique Algarra dijo...

La SRT 101 con su 50 mm 1,7 también fue una de mis primeras cámaras. Fui minoltero hasta que minolta abandonó a los profesionales y caí en las garras de nikon...
Me gusta tu blog porque le veo un punto nostálgico que me interesa.
Un saludo
Enrique Algarra